FAMILIA LOS CARTEROS

Míralo mi padre que altanero, en el centro de la foto, como mi abuelo Antonio, al que conozco por foto y me identifico con él, elegante y altivo, Guzmán, con mi abuela, que buena, Deogracias, bonita y dulce, primeros recuerdos de mi niñez, que días de verano, esencia de lo que soy, venían los titos, la abuela, los primos, imágenes como estampitas guardadas en el corazón, no importa a donde vaya, mirando de dónde vengo, ya viene el 15 de mayo, a blanquear las fachadas, días de luz y olor a hierba, amapolas como salpicaduras de sangre en los dorados barbechos, en las zahúrdas los marranos están criando ya, los cohetes resuenan en toda la pequeña aldea de Las Escuelas, mi otra gran familia

. En la sombra de una carrasca todos sentados en corro deleitando el paladar con la perola de choto en salsa, chorizos de orza, pipirrana, acompañados del brillo del agua verde del Guadalquivir, mis hermanos mayores preciosos, yo aún no había nacido, pero al ver a mi madre con su carita de ángel, estaba viviendo aquellas instantáneas también, la brisa del cañizal. Esas carreteras ardientes, kilómetros de polvo y sol, con ese Seat 850 granate, chiquitillo pero que cabía un mundo.

  A dónde dormirá mi niño ésta noche, le decía mi padre a mi hermano José, cuando iban de viaje a Nerja, en un apartadero de la carretera hicieron noche, y los despertó el trajín de un rebaño de cabras.

   Mi abuelo era cartero, mi padre era cartero, profesión heredadas antiguamente, carteros rurales, hombres hechos para todo, mi padre además era barbero y matarife

  Cuánta ilusión guardada en esas fotos, intento revivir aquellos momentos que yo guardo en mi ADN. La siesta después del baño al resguardo de aquellas sombras, será por eso que cuando más disfruto, cuando más regocijo hallo es precisamente en compañía de mis seres queridos pasando un día de campo y chapoteando en las frías aguas de un río.