Y REINVENTAR LA VIDA

Y REINVENTAR LA VIDA

Marta Saínz Puig

13/05/2014

Es Septiembre de 1979. Apenas me mantengo en pie. Quizás estoy llorando, no lo sé .Oigo el murmuro de tu voz. Es una voz más grave que las demás.

Puedo abrir los ojos. Tengo mucho calor. Por la noche tengo frío.

Me gusta tú olor. Y tú bien lo sabes. Me coges y me acercas a tu cuello. Es como si lo hicieras expresamente. Como si aún sin decírtelo me leyeras la mente.

Aprecio a distinguirte por tu voz y por tu olor. Me gusta cogerte de la mano. Jugar con tu mano, me pierdo entre tus dedos.

Llevo ya unos días observándote. Lo que veo me entusiasma. Aún no soy capaz de percibir la felicidad de la tristeza. Pero sé que me gustas. Río a tu lado.

Y, la vida pasa. Y contigo, todo es más fácil. Pasan inviernos. El verano, los dos sabemos que es caluroso. Pero, con castillos de arena pasan las horas.

Anuncian que es doce de Mayo. No sé de qué año. Desde que te fuiste perdí los días y los meses de mi vida. Ya mi reloj no avanza. Vacía en mi mundo estoy preparando pastel. Es de chocolate, como a ti te gusta. Hoy, es tu cumpleaños. Desconozco si allí, lo celebraras. Me gustaría que pudieras celebrarlo con todos los tuyos. Yo desde aquí, lo haré. Espero que a pesar de la distancia puedas verlo. Y, si pudieras por algunos minutos del día, bajar a mi vida y volver a mi lado.

Si tuviera una varita mágica volvería a nacer. Para que pudieras volver a tenerme en tus brazos y volver a conocerte.

La vida avanza. No de la misma manera para todos. Unos se estancan en su vida, en su mundo, sin poder avanzar. Otros ven la vida pasar como si de un tren a gran velocidad se tratase y nunca se detuviera.

Y, si la vida te regalase un pasado, un momento de tu vida. O, simplemente, una película. Ten por seguro que volvería a crearte. Te reinventaría de tal forma en el que nunca podrías marcharte. Serías eterno para mí, para todos.

Sé que algún día volveré a verte. No sé cuándo ni que día. Alguien me robó las alas. Alguien paró el tiempo cuando tú te marchaste. Y, me quedé allí sumergida, sin salir.

Enséñame a vivir sin ti. O llévame contigo. Y, ¿por qué no? Reinventar la vida contigo.

Feliz cumpleaños Papá, allí donde estés.

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