¿Quieres casarte conmigo?

¿Quieres casarte conmigo?

El tren estaba a punto de llegar a la estación, allí estaría Tita como todos los domingos de los últimos  cinco años, darían sus paseos como siempre, hablarían de sus cosas, pero Tita no se podía imaginar que José le pediría casarse con él. En el banco le habían ascendido y el sueldo, aunque modesto, les permitiría por fin formar una familia. Cinco años de paseos, besos escondidos, y helados compartidos. Tita era una mujer que desbordaba alegría e ilusión en todo lo que hacía, también era hermosa, seguramente la más hermosa de todas. José era un hombre apuesto, trabajador y con un sentido de humor envidiable, formaban una  pareja excepcional. Tras la boda, vendrían los hijos que Dios dispusiera,  La primera en llegar sería Anuca, la criatura más bonita que nunca habrá existido, preciosa, sonriente y juguetona, pero Anuca no sería una niña como las demás, para Anuca Dios había preparado una vida diferente. A los dos años de vida se le diagnosticó una parálisis cerebral que la mantendría todos sus días sobre una silla de ruedas, y con una visión del mundo que sólo Anuca y Tita entenderían. Médicos, hospitales, tratamientos y amor, Anuca tuvo de todo, pero sobre todo, fue el amor de sus padres lo que le dio vida a Anuca. Es muy fácil querer a los hijos, pero quererles como Tita y José querían a Anuca requería dosis de entrega y sacrificio  inimaginables. Yo te he visto sonreír muchas veces, destellos de felicidad en una vida limitada, también te he visto llorar, y creo que tus lágrimas mostraban la impotencia de no poder dar las gracias a tus padres por el amor derrochado contigo.Vinieron después tus hermanos hasta seis. Todas las limitaciones te las quedaste para ti, también te quedaste con su amor y las caricias de todos. Habrás sido la niña más querida del planeta, más besada, más cuidada. Jamás he visto a una mujer querer como Tita te quería. Te entregó su vida, su amor de la forma más incondicional que nadie lo puede hacer, fuimos testigos de ello, incluso despertabas envidia, pues a todos nos hubiera  gustado ser niños tanto tiempo y tener una mamá que así nos quisiera siempre. Los de fuera te besamos y te quisimos. A los treinta y siete años te fuiste para siempre, muchos más de los imaginados por nadie, pues el cariño que recibiste te hizo fuerte. Difícil despedida ,pues quizás  ahora estabas mejor. No soy capaz de imaginar nadie que me despierte más admiración que mi tía Tita. 

A mi tía Tita y a  mi tío José por el ejemplo que he recibido en una lección tan difícil. 

Vuestro sobrino

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