-Mirá, este es un Torx
-Ah, es el que tiene punta de estrella.
Eduardo sonríe. Se da cuenta qué él puede trascender en ella, dejar su rastro, enseñarle cosas inútiles que con los años serán los recuerdos que su nieta tenga del tiempo compartido.
-Entonces vamos a ponerles los nombres que vos quieras a nuestras herramientas y después nos vamos a juntar el pasto para los camellos ¿Qué te parece?
– Me parece bien lo de los nombres, ahora lo del pasto lo tenemos que charlar.
– ¿Qué pasa con el pasto de los camellos Minena?
– Pasa que nadie cree que haya un pasto especial para camellos y yo tampoco creo que coman pasto Abu.
-Pero si siempre que les dejamos el pasto junto al agua, ellos no dejan nada…
-Es que no puede ser pasto porque ellos viven en el desierto, y ahí no hay pasto.
-Entiendo, entonces si por ejemplo nosotros viajáramos a Japón, no comeríamos nada porque ellos comen pescado crudo…
-¿Vos me querés decir que ellos comen cualquier cosa para no morir de hambre?
-No, yo creo que ellos comen porque son camellos viajados, y de cada lugar que visitan prueban cosas nuevas.
-¿Vos comiste pescado crudo alguna vez?
-No, nunca.
-¿Y comerías?
-Si voy a Japón, es posible…
-Eduardo, si el churrasco jugoso no te gusta.
-Bueno, yo soy más mañero que los camellos, además no tengo pensado ir a Japón Minena.
-Pero fuiste a Grecia, y comiste Pasticho…
-Pastitsio, pero más rico que el que hace tu abuela.
-¡Sh! Si te escucha nos deja sin bizcochuelo.
-Tenés razón, ya se siente el olorcito.
-¿Por qué será que lo hace sólo cuando llueve?
-Es un misterio, nadie sabe.
-Como con el pasto de los camellos.
-Esos reyes que no se hacen viejos, como el del cuadro que me contaste…
-Sí como Dorian Gray…
-¿Alguien pintó a los reyes magos en un cuadro?
-Sí, pero en verdad ellos no envejecen porque justamente, son magos.
-¿Cómo tu amigo René, el de las cartas?
-No, René es un ilusionista.
– Prometiste llevarme a verlo al teatro…
-Vos ya viste su espectáculo, acá en tu casa y eso es algo que no cualquiera puede contar.
-Sí, pero acá faltaba meteorología.
-¿Qué?
-Sí, faltaban las luces, la música.
-¡Ah! Faltaba clima…
– Eso ¿Cómo hace con una mano para hacer que aparezcan y desaparezcan cuando él quiere?
– La verdad no tengo idea.
-Mirá, se están haciendo globos en los charcos de agua.
-Está bien pero juguemos a contar de qué canaleta cae la próxima gota…
-Dale, pero sólo hasta que llame la abuela para merendar.
Las horas parece multiplicarse y el universo todo podría entrar bajo el alero de chapa.
-La segunda canaleta es mía -dice él.
-Yo la última –dice ella.
Fin
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