Y ahora, ¿qué van a hacer tus perros?
Sí, esos a los que tanto procurabas aunque, según tú, los odiabas.
¿A quién intentarán derribar mientras le dan la bienvenida?
¿Qué será de tu reloj de mesa?
Me pregunto si continuará su interminable invierno solo para recordarte.
O si tu «millonaria» que amenaza con el suicidio finalmente reconsidere.
¿Qué será de tus libros cuando nadie los limpie y acomode en su lugar?
¡Qué grande se siente tu casa sin el sonido de tu explosiva carcajada!
¡Sí, claro! Tú estás feliz poniendo al corriente a la abuelita y a la tía Chata.
Pero… ¿Qué de tus cosas? ¿Qué de tu casa?
¿Qué de nosotros que egoístamente pensábamos que siempre estarías aquí?
Mientras veo tu foto casi puedo sentirte, casi logro escucharte.
Seguro estás gozando de tu ciudadanía celestial: Jesús cumplió su Palabra.
Él y tú sabrán perdonarme; es solo que te extraño mucho, mamá.
Fin
*Millonaria: Planta ornamental con muchas hojas.
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