UN NIÑO CON SUERTE Juan López Enamorado

La verdad que siempre fui un niño con suerte, yo tenía algo menos de dos años, viviamos en Málaga Capital, mas concretamente en el Barrio de Capuchinos, mi madre que era una mujer muy agradable, tenía muchos amigos, todos los qie la conocían le brindaban su amistad.

Había una tienda de comestible en la calle Dos Aceras, donde ella solía comprar, regentada por un matrimonio, Dª Pepa y D.Antonio, no tenían hijos, y cuando mi madre me llevaba con ella, que era casi siempre, ellos me echaban piropos y bromeaban con mi madre de que les dejara el crío para criarlo ellos, ademas de vez en cuando me regalban, leche, dulces y golosinas.

Un día del año 1.940, mi hermana mayor, Maruja, tenía dos años mas que yo, jugando con sus amiguitas, me utilizxaron como muñeco, me cambiaron de ropa, por unas semi humedas que mi madre había lavado y tendido, entonces no había lavadoras-secadoras, y dentro del juego yo debería ir al colegio, cogí la puerta y salí de la casa sin que nadie me pusiera impedimentops alguno.

Dehambulando seguía mi andadura y sin saber como llegúe a las calle Dois Aceras, a unos ochocientos metros, mas o menos de mi casa,  La gente que pasaba se fijaban en mi y algunos empezaron a preguntarme, ¿donde vas, donde esta tu mama ?, y cosas así, yo ni entendía ni hablaba, solo empecéd a tener miedo y de pronto me puse a llorar, poco a poco la aglomeración fue aumentando y el ruido llegó a la tienda de comestible de Dª Pepa, que salío a ver que pasaba.

Cuando ella mne viuó, me reconoció al m omento y cogiendome en sus brazos me llevño a su tienda diciendole a la gentes, que ella me conocía y que iba a contactar con mi madre. la gentes que conocían que el matrimonio no tenía hijos  pensaron que me iban a secuestrar o que pretendían quedarse con el crío para ellos.

Mi madre cuando enterada de los acontecimientos, salió como una loca buscándome desesperadamente, iba corriendo de un lado para otro cuando vio la algarabia en la puerta del comercio de Dª Pepa, al acercarse y escuchar a la gentes que chichaban lo del rapto del niño, su corazón le dió un vuelco, pues pensó que sería de mi de qién hablaban.

Cuando Dº Pepa le entregó el niño, ella le explicó lo poco que sabia de lo ocurrido y regresó conmigo dádome besos por todas partes.

Mi primera aventura o excursión, pudo haberme costado caro, pero ya desde ahí, empezó mi suerte en esta vida.

FIN