Nos entregaste a este mundo de conciencia colectiva como ángeles tejidos por los sueños, sembraste semillas de amor y el viento las difuminó transformándolas con el paso de los años en árboles protectores de cuya luz somos reflejo.
Los cuentos fueron nuestra puerta a la fantasía, tus lecturas llenaron de ilusión nuestro cielo, las lágrimas aplacadas por tus delicadas palabras llegaron a nuestro espíritu acompañadas de abrazos, así crecimos, venciendo nuestros miedos y llenando de risas nuestros sueños.
La sabiduría de tus pasos han guiado nuestro sendero, hemos sido firmes en el descubrir de un mundo nuevo siendo tú, la brújula que acompaña nuestra ilusión con fuerza guerrera y comparte con alegría el final de la meta.
Nuestra vida ha sido una metamorfosis, nuestras alas se han ido desplegando poco a poco superando las dificultades del crecimiento, el viento es ahora nuestro aliado, emprendemos el vuelo de nuestra conciencia sin dejar que nuestro mensaje se pierda, ahora el pasado esta presente, la memoria que al final de tu camino viste desvanecer es la misma que hoy rescata de los escombros nuestras experiencias y las libera del olvido, tejiendo así nuestra evolución.
Esta es la historia de cómo al corazón de las familias llegan los ángeles encarnados de abuelos, como sus manos creadoras nos llevan por la existencia sembrando el comienzo y siendo estrellas perennes a lo largo del camino.
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