José Jorba Barcarisas era natural de Mataró, provincia de Barcelona, nacido   -por deducción- circa 1850, pues en la familia no existen datos exactos de su fecha de nacimiento.

Sabemos por relatos familiares que este catalán se sintió tocado en su amor propio por su exclusión en la herencia por aplicación de la ley del mayorazgo, lo que provocó su rebeldía: cambió su apellido por el de Jorva y abandonó definitivamente su hogar.

Fue viajante de pañería, y llegado al pueblo de Cabra, provincia de Córdoba, se casó con Brígida París Espejo con quien tuvo cuatro hijos. Más tarde se empleó en la función pública estableciéndose en la ciudad de Huelva, donde murió.

Uno de sus hijos -Antonio, dedicado a la repostería- se casó con Manuela Herrera Redríguez y con ayuda de su familia fundó en 1905 su propia confitería La Victoria en la calle Joaquín Costa 9 de Huelva.

La fama del establecimiento fue creciendo y era concurrente habitual el poeta Juan Ramón Giménez y en una ocasión el entonces Príncipe Juan Carlos I.

Familia Jorva Herrera Allí nacieron sus cuatro hijos: José, Eloísa, Emilio y Mercedes, todos avocados a la atención del negocio familiar.

Familia Jorva PérezJosé se casó en 1936 con Carmen Pérez Ramos, con quien tuvo tres hijos: Anitamari, Antonia y José Luis.

En vistas de que Carmen tenía una hermana cantante en Argentina cuyo seudónimo artístico era Ana María de los Reyes y que lo hacía con mucho éxito, decidieron establecerse en Buenos Aires.

Yo, argentino nativo y autor de este relato, conocí a Antonia en nuestra juventud, y nos casamos en 1962, naciendo de nuestro matrimonio cuatro hijos argentinos: Adriana, Gustavo, Carolina y Santiago, a quienes mi esposa les cedió su nacionalidad española.

Primero Santiago, a poco de casarse con Paula Sosa, y luego Gustavo casado con Stella Paternay y sus dos hijos: Florencia y Facundo, decidieron radicarse en España y después de algunos titubeos se establecieron en Salou, provincia de Tarragona, nuevamente en la Cataluña que vio partir a aquel José Jorba Bacarisas despechado por haber sido excluido de la herencia.

Familia Fascie Jorva con sus hijos y nietos, de visita en España 

Mi nieta Florencia pronto concluirá sus estudios terciarios, Facundo se siente radicado ya que estudia, trabaja y tiene su novia catalana.

Giuliana y Martina Fascie Sosa, nativas españolas y catalanas

Mi Hijo Santiago y su esposa Paula han visto regalado su hogar con dos hermosas niñas: Giuliana y Martina, catalanas de nacimiento y por hábitos.

Y así se cerró este periplo familiar a través de un siglo y medio de escapar del terruño y buscar nuevos horizontes.

Sólo resta agregar que en ocasión de una visita que efectuamos mi esposa y yo en el año 2006, Santiago y Paula nos regalaron un paseo a la Villa Jorba.

Encuentro de los Jorva de Argentina con los Horba de EEUU en la Villa JorbaCuando estábamos visitando la Capilla nos cruzamos con unos turistas norteamericanos y a pesar de la dificultad del idioma nos enteramos que eran de apellido Horba, deformación lógica en su país, y mágicamente ellos americanos y nosotros argentinos nos sentimos hermanados en aquella pintoresca Villa cercana a Barcelona. 

Fin

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