Yo siempre fui la hermana de Lucía. No me molesta ¿eh?, no, no, en serio, lo llevo bien…bueno, siempre lo he llevado bien, para mí siempre ha sido así y ha estado bien…Bueno…No, estaba pensando, pero nada, todo bien. Son recuerdos… recuerdo que desde el principio fue así. Es un domingo de muchos domingos de frío por la tarde… escuchamos de fondo algún partido de fútbol que emiten por la tele y que mi padre ve en la salita de estar, mi hermana y yo nos hemos sentado cada una a un lado de mi madre en el sofá de pana beige del salón para ver los álbumes de fotos de cuando eramos bebés, me encanta verlos!! Siempre me han gustado las fotos, vemos los álbumes de manera cronológica, primero el de la boda de mis padres y de ahí en adelante. Vamos pasando páginas acercándonos cada vez más hasta nuestras llegadas al mundo. Y así, entre hojas con forros plastificados, y alguna foto desencajada, aparece la foto de mi hermana…Paf!!! Tremenda!! Una bebé hermosa. “¡Una muñeca!,- como mi madre decía- , la gente me paraba por la calle de lo bonita que era!”
Y era bonita… Nació con mucho pelo rubio y unos enormes ojos verdes . Era gordita, con muchos rollitos por todo el cuerpo. Muy bonita, ¡si señor! Hay infinidad de fotos, normal, fue la primera y en todas las familias pasa…Vestida con lunares, con lazos, en la playa, en la piscina, con Pinocho, comiendo tarta, durmiendo boca arriba, de lado, del otro lado, de espaldas…en cumpleaños, en el parque, con un mes, con meses, con un año y cinco días… Fotos en blanco y negro, en color en sepia… Páginas y páginas… Y a cual más bonita… y a medida que pasan las páginas del álbum nos vamos acercando a mi momento… Aparece la primera foto y …¡Uh! Risas, y más risas…¡Cómo nos reímos!
-¡Y aquí estás tú!- decía mi madre, – Cuando te trajeron a mis brazos pensé que eras un niño de lo grande que eras. Y con esos pelillos tiesos en la coronilla…de ahí que tu tío comenzara a llamarte “pollito”, porque tenías esos pelitos tiesos imposibles de bajar durante meses…
Sí, es que a mi me llamaban “pollito” de pequeña…”la pollito”, para ser más exactos, por los pelos de la coronilla, sí…pero eso con el paso del tiempo fue desapareciendo…Con el tiempo, a medida que crecí , me convertí (dentro del ámbito familiar) en “la pollo”, supongo que por eso de la edad subí un grado… Pero esto nos descentra del tema principal, ¿no?
Lo cierto es, que ya de bebé mi hermana era una muñeca y yo…la pollito… Supongo que eso marca de alguna manera la personalidad…
Pero siempre lo he llevado bien… y mira que podía haber resultado traumático, pero no…siempre ha estado bien…
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