NIÑO O NIÑA… QUIÉN GANA?

NIÑO O NIÑA… QUIÉN GANA?

Yolanda Rojas

10/04/2014

Tres mujercitas de edades y temperamentos muy disímiles, un hermano mayor hiperactivo, que completa sus travesuras al dejar la casa paterna en su adolescencia, en busca de su camino. Padre valioso, con grandes dones, tierno, tímido y temeroso.  Madre talentosa y alegre, va fácilmente de  la ternura a la férrea disciplina.  Yo, la del medio, enfermiza y flacuchenta, no siempre la paso bien porque mi compañero de juegos es un niño especialmente brusco. 

Actividades, juegos y manualidades forjan una atmósfera de familia para compartir y aprender.  Creo en lo que allí sucede, y quiero que se repita.  Admiración total al ver trabajar a mi padre: alquimista y mago en la parte artesanal de su profesión, quien disfruta libros científicos que trata de explicarme. Mi madre crea mi traje de primera comunión, – lo más cercano al anhelado vestido de novia,  que el “matrimonio a escondidas”, no me permite usar.

A mis escasos 6 años me impactan las fotos de una revista “En Guardia”: Cadáveres apilados de mujeres víctimas del holocausto de los judíos en Europa, contrastando con aquellas de los militares nazis celebrando su poderío. ¿Mujeres insignificantes y descartables? ¿Quién da el poder a esos uniformados para martirizarlas?

Indago en las fotografías puestas sobre cartulinas negras del álbum familiar: ¿Será posible que los hombres valgan más que las mujeres? – Ellos serios, envejecidos por sus atuendos y las mujeres – gorditas y con caras amables –  no me dicen gran cosa; pero sospecho que detrás de su rigidez unos y otras están a gusto.  Continúo investigando…

Los chicos juegan en la calle, trepan árboles y caminan por las tapias. Las niñas en casa guardando recato y virtud, elementos que parecía tener relación con la entrepierna…  La casita de muñecas, las melcochas de panela  y los juegos de mesa ¡sí!… pero ¿y los otros espacios?  Decido alcanzar esa meta, aventurando mi paso sobre sufridas tejas de barro. Gozo del espionaje  a las casas de la manzana… Me hago famosa por el lanzamiento de bombas de agua desde la altura a mis vecinos… sin poder evitar reprimendas y castigos.

Mi madre aporta notas jocosas, especialmente el día de los santos inocentes, elaborando graciosas bromas: soy la encargada de llevar una linda torta cubierta de merengue a las monjas de mi colegio, y espero escondida hasta escuchar cuando descubren que bajo la apetitosa cubierta se esconde una docena de papas aún llenas de tierra. Mi prima y yo, agentes teatrales durante las vacaciones, manejamos el elenco de tres actrices y un actor: escenario, disfraces y boletos cobrados a los familiares espectadores. Mi padre, molesto y a la vez sonriente, apoya inclusive el almacén montado en el patio, exponiendo la ropa sucia extraída de las petacas de la lavandera…

La secuencia de cuadros amenos y felices así como la magia comunicada por las románticas películas de cine que veo en compañía de mi familia, me afianzan sobre la importancia de disfrutar imágenes, espacios y experiencias donde todos puedan ser ganadores. Fin.

       Paseo_familiar.jpgMatronas.jpgBodas.jpg

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