Elena y Rafael ante la peste rosa.

Elena y Rafael ante la peste rosa.

Elena y Rafael ante la peste rosa.

Elena y Rafael caminaban de manera incesante en busca de que llevar a casa. Con el sol radiante y abrazador recorrían las calles de la gran ciudad en un viejo triciclo y con una campanilla gritaban reciclamos baterías y toda clase de chatarra. Los dos caminaban tomados de la mano mientras empujaban aquel viejo triciclo en una vieja sesta tenían un trozo de pan y una botella a veces tenían en un recipiente agua o un gazpacho echo por la mañana para comer mientras caminaban y el agua la recogieron de un riachuelo que pasaba por su casucha de esteras en una chacra en la cual asían por las noches los servicios de vigilantes ya que el dueño les daba un lugar donde quedarse. En el día se quedaba la casucha cuidada por Héctor un niño de nueve años de edad que no hacía más que mirar al cielo y preguntarse por qué sus padres Vivian ahí. Imaginaba con vivir en una casa de cemento con ladrillo el pobre tenía una vieja chompa y unas viejas sandalias que no asían juego con el pantalón negro y descolorido que tenía. Mientras jugaba con piedritas escuchaba en la vieja radio que había una estabilidad económica en el país y un incremento de trabajos e igualdad social.

Héctor no tenía idea que era el significado de esas palabras pero se alegró al escuchar que había mas trabajo. Entonces camino hacia el riachuelo y se sentó al borde para mojar sus piececitos tan pequeños y frágiles aun. cuando en eso la corriente se llevó una de sus sandalias y el comenzó a correr detrás de ella a cada paso que daba siguiendo la sandalia veía como la vieja casucha se hacía cada vez más pequeña, intentaba alcanzar la sandalia pero sus intentos eran inútiles ya que sus brazos cortos no llegaban a él hasta que llego a un punto donde el camino del riachuelo se llegó a difurcar y el pobre no perdía de vista su sandalia ya que era la únicas que tenía, pero lo que más valoraba era el que eran un regalo de sus padres y seguía taras ellas pero en un momentos el riachuelo se unió a una gran desembocadura entonces le pequeño Héctor miro hacia atrás y se dio cuenta que ya no había a la vista la vieja casucha comenzó a llorar al ver que su sandalia se iba, entonces tomo una decisión que tal vez cambiaría el destino de muchas cosas se sacó la ropa vieja que tenía para meterse  al agua a rescatar su sandalia primero caminaba de los más normal por el agua y el agua le llego a su cintura pero la sandalia estaba atascada en un tronco entonces imagino que sería muy fácil llegar a ella. Héctor sitio avanzando pero faltando unos metros su cuerpo pequeño se perdió en aquellas aguas para nunca más salir.

Al fin aquel lugar quedo silencioso y un viento de tristeza recorría la atmosfera de la vieja casucha donde ya no se escuchaba la risa inocente de Héctor.

Al fin llegaron sus padres contentos y gritando el nombre de Héctor pero el pequeñuelo yacía en el limbo de los inocentes.

Rafael traía en sus manos un osito blanco, su madre unas zapatillas que una mujer por caridad le había regalado.

Al no verlo los padres caminaron gritando su nombre ya entrada la noche no dejaban de buscar hasta que llegaron a él gran rio donde desembocaba aquel riachuelo en aquella oscuridad alumbrada por la gran luna nueva vieron unos trapos viejos.

Elena acercase lentamente y reconoció las ropitas de Héctor comenzó a sollozar y exclamar Rafael amor ven mira y Rafael comenzó a llamar a Héctor como loco y se arrojó al suelo gritando dios mío ¿porque? no te lo lleves a mi pequeño tesoro lo único en el mundo que me hace vivir en paz no.

Y estuvieron toda la noche llorando buscando a su hijo.

lamentándose que el destino les juega esa mala pasada comenzaron a recordar que hace nueve años ella estuvo alumbrando al pequeño tesoro de sus vidas pero tuvieron que hacerle cesárea entonces hay comenzaron todos sus males recuerda Rafael que la saturación que le realizaron a Elena estaba mal hecha y se le infecto así que tuvieron que operarla nuevamente y como no tenían dinero suficiente para comprar sangre del banco de sangre , tuvieron que buscar a alguien para que les done ya que no tenían el mismo tipo de sangre entonces un extraño se ofreció al tener el mismo tipo de sangre entonces ellos aceptaron y así fue como ella logro mejoría al fin Elena se recuperó y salió del hospital para descansar unos tres meses para volver a su trabajo, Elena era secretaria y Rafael era profesor de educación primaria. 

el seguir trabajando y dando le a sus familia todo lo que era de proveerles cuando un día el postulo a un centro de trabajo mejor le hicieron su examen médico y salió que él era portador de la temible peste rosa entonces lo separaron de los demás docentes y le quitaron la docencia Elena cayó mal y el pequeño Héctor ya tenía cinco años  él le conto a Elena lo que había sucedido en su examen y se enojó con ella pero ella le juro que nunca le había sido infiel en su vida, entonces con los ahorros que tenías decidieron hacerse exámenes para descartar la enfermedad pero ya era tarde ambos estaban infectados entonces al enterarse el jefe de Elena decidió despedirle alegando que era ineficiente.

Elena decía si yo ya llevo tres años trabajando con usted el jefe solo atinó a decir que ya no la quería en las instalaciones recuerda Elena que regreso a casa ese día derrotada, abatida afligida en la casa estaba Rafael esperándola con la cena lista. Elena llego llorando, entonces Rafael se acercó a ella para abrazarla preguntándole que pasa

Elena le dijo me han despedido injustamente entonces Rafael la abrazo diciéndole que injusto es el mundo.

Ellos sin trabajo y con el pequeño Héctor en brazos, las cuentas llegaban las facturas.  el dinero ya se les acababa entonces era ya fin de mes sonó la puerta Elena abrió miro era la señora de la renta que les dijo tiene que pagarme porque si  no lamentablemente los tendré que echar Elena le dijo deme unos días para solucionar el problema por favor.

La señora dijo les doy un día y si no solucionan eso se me retiran.

Rafael le dijo señora por favor denos unos días ya que siempre le cumplimos. La señora con una mirada de desconfianza dijo está bien.

Elena le dijo mil gracias señora.

Entonces el pequeño Héctor comenzó a llorar, la señora se retiró.

Rafael le dijo amor mío voy a salir Elena dijo está bien amor. Rafael salió mientras Elena atendía al pequeño Héctor.

Mientras caminaba por la calle pensando en cómo solucionaría el problema entonces recordó a su amigo Guillermo, llamo un taxi y le dijo que lo llevara a la dirección de una residencial.

Llegaron y se estacionaron en una gran casa Rafael pago al taxista llego  y toco el timbre salió un hombre de estatura baja y regordete que le dijo hola amigo a los tiempos como estas ahí mas o menos.

Rafael le conto toda la historia entonces Guillermo dijo cuanto quieres ochocientos euros para cubrir unos gastos.

Guillermo le dijo mira amigo la verdad solo te puedo prestar en estos momentos quinientos euros.

Entonces Rafael exclamo bueno está bien eso me sirve para amortiguar el gasto del alquiler.

Guillermo le dijo bueno amigo ten el dinero  ahora si por favor retírate voy a salir.

Rafael lo noto algo distante desde que le contó la historia.

Rafael estaba algo contento porque algunas cosas se tranquilizarían por un mes tomo un taxi y en el trayecto iba pensando en Elena y el pequeño Héctor.

Tenía unas ganas de abrazarlos porque sin ellos la vida sería tan triste y vacía.

Al fin llego le pago al taxista.

Subió raudamente ala habitación para darle la buena noticia a Elena abrió la puerta, Elena le recibió con un beso y un fuerte abrazo.

Rafael comenzó a buscar su billetera en el pantalón y no la encontraba se puso furioso ¿por qué? es lo único de dinero que los podía salvar de quedar en la calle.

Los dos lloraban por el destino que lo veían incierto.

Entonces Elena le dijo que tal si vamos a la casa de mi hermana tal vez ella nos dé una mano.

Fueron a un teléfono publico llamaron a su hermana.

Hola patricia, hola quería hablar contigo hermana es que necesito de tu apoyo en estos momentos.

Patricia pero hermana la verdad no puedo darte ninguna clase de apoyo en estos momentos porque tú sabes como es mi esposo y no quiero tener problemas con él.

Rafael no tenía a quien más pedirle ayuda ya que toda su familia era de provincia y en la capital él estaba solo.

Entonces conocía a Edgar el cual tenía un fundo y el cual hacía tiempo le había comentado que necesitaba alguien que le cuide su casa del fundo llamado la estancia.

Rafael lo fue a buscar aunque ya eran como las once de la noche lo encontró al señor Edgar conversando con unos amigos en la puerta de su casa se acercó lo saludo diciéndole muy buenas noches don Edgar me permitiría unos minutos de su tiempo.

Don Edgar dijo si como no mi estimado Rafael entonces le conto todo como lo hizo con su amigo Guillermo.

Don Edgar al estar enterado de la situación decidió ayudarle entonces le dijo ok a cambio te daré para que te quedes ahí pero no te pagare nada.

Entonces fue así como llegaron a la vieja casucha en aquel recóndito lugar.

Al ver que no había manera de conseguir trabajo por su enfermedad decidieron reciclar para sobrevivir. Todo por la exclusión social  e ignorancia de algunas personas que al final los conllevaron  a vivir en condiciones precarias.

 

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