Una luz azul inundó la oscuridad de la habitación .El reloj se puso en marcha con su sonoro beep-beep. Las 7.05, año 2024, marcaba el holograma que se proyectaba en el techo a través del reloj. Una figura, que se adivinaba femenina,  se desperezó estirándose y apartó las sábanas a un lado.

Sistemas comprobándose. Bajando 1 actualización para visor retial. Todas las funciones habilitadas.

Los números bailaban en el visor retinal de Lucy, comprobando que todo estuviera correcto.  Autorizó la actualización, que mejoraba la visión a largo alcance, y la dejó en segundo plano mientras una voz interrumpió sus pensamientos.

-Buenos días, Lucy-dijo una voz metálica

-Buenos días, casa, apaga el despertador y sube las persianas, por favor-dijo Lucy mientras caminaba hacia el ventanal que había al lado de su cama

-Enseguida, Lucy-respondió complaciente la voz

Lucy observó a través del ventanal. A pesar de ser pronto,  la calle ya estaba llena de coches y camiones levitadores. Un skater pasó raudo deslizándose entre ellos, ágil y veloz, en una tabla de última generación revestida de titanio. Las Las pantallas gigantes se erigían por encima del tráfico, proyectando las últimas noticias. Las farolas, hechas con LED’s seguían encendidas, pese a que ya estaba amaneciendo. Lucy sonrió para sí, solo en calles antiguas como la suya quedaba este tipo de iluminación, y en el fondo le gustaba, le hacía sentir más cercana a épocas pasadas, donde no todo estaba tan modernizado. El tráfico estaba organizado por niveles, era por ello que la mayoría de la ciudad estaba iluminada con focos gigantes de luz digital. La electricidad de las casas de aquella zona se conseguía gracias a dinamos, pues estaban cerca de acantilados donde se estrellaban las olas. El resto de la ciudad conseguía su suministro gracias a la calzada magnética, por donde iban los coches con magnetoruedas, pues no todo el mundo se podía permitir comprar un levitador.

-Casa, calienta el agua de la ducha, pon algo de música y prepara un poco de café también-pidió Lucy

-Enseguida-respondió

Lucy fue al vestidor, que abrió pasando la mano por el detector de huellas, y esperó mientras la cortina metálica subía. Una pantalla, integrada en una pared, se iluminó al pasar la mano y expuso el menú con toda la ropa. Un agradable calor emanaba del baño. Mientras se duchaba, la música comenzó a había evolucionado en algo más marchoso, el nuevo hit del grupo electrónico Duft Panks.  Movía su cuerpo mientras se enjabonaba la cabeza. Ya una vez fuera, la ropa estaba pulcramente colocada en los estantes. Se secó y vistió, y se dirigió a la cocina. En la encimera le esperaba un vaso humeante de café recién hecho, y unos bollos cortesía de la casa (y nunca mejor dicho, pensó para sí Lucy).

-Gracias por los bollos, Casa-agradeció Lucy

-De nada, para eso fui programada-fue la respuesta

Mientras tomaba el café sentada y proyectó con sus ojos biónicos el holograma de las últimas noticias en el panel metálico de la encimera, fabricado para ese fin. Dejo la proyección pausada mientras revisaba su agenda. Las tareas aparecieron en su visor retinal derecho.  Hoy tenía una cita con el cirujano a las 8.30, que le iba a implantar los últimos nanomuelles en su brazo derecho para mejorar la rapidez y el tiempo de reacción de los dedos de la mano. Y después tenía una videoconferencia con su jefe, que le informaba de los detalles próximo viaje que tendría que realizar a la Feria Internacional de Dispositivos Tecnológicos (FIDT). A pesar de ser una simple ingeniera informática, especializada en nanorobótica, le habían asignado la tarea de ir, no sólo para revisar que no hubiera fallos y dar soporte por si hubiera algún problema, sino a acercar al público la realidad de los trasplantes y sus ventajas. Sí, ella era una ciborg, una mutante, como se los solía calificar despectivamente. Gente que reemplazaba partes vivas de su cuerpo por partes tecnológicas y mecánicas.Lucy suspiró. Iba a ser un día ajetreado. Terminó de desayunar, se lavó los dientes y se puso el abrigo. Cogió el bolso de la percha, revisó su contenido y se dispuso a salir.

-Casa, apaga la música y ponte en estado de hibernación. Volveré a la hora de cenar. Adiós-se despidió Lucy

-Que tengas un buen día-le respondió Casa mientras cerraba las persianas e iba oscureciendo el ambiente

Lucy pasó sus ojos el detector retinal y tecleó la clave, mientras oía como se cerraba la puerta.

Conectada con el servicio de su edificio, llamó al ascensor y se abrochó el abrigo mientras este subía. Al bajar, la puerta se abrió y el edificio le deseó un buen día. Se acercó a la puerta acristalada del taller de Jared y observó que estaba de espaldas, observando las bandas de un levitador estropeado. El androide ayudante estaba conectado a la corriente, cargándose.

Entró por la puerta y le saludó.

-¿Qué tal va todo?-¿Mucho trabajo?-dijo señalando el levitador

-No, no mucho, solo tengo que hacerle unos ajustes y cambiar las bandas, estas ya las tiene muy dañadas-dijo Jared mordisqueando el bollo-¿Y tú?

-Tengo cita con el cirujano y después videoconferencia con mi jefe-puso los ojos en blanco

-Suena muy tentador-sonrió-¿Y la reunión?-preguntó de nuevo

-Mi jefe me ha ordenado que vaya a la FIDT a hablar de los trasplantes, quiere acercarlos a la gente. Mis argumentos serán la mejora de salud, el abaratamiento de las cirugías si todo el mundo se somete a alguna de ellas… ese rollo-respondió

-No está mal-dijo-¿No te da la impresión de que avanzamos muy rápido? Hace tanto que la gente comenzaba a vislumbrar un mundo así…Y míranos, hasta donde hemos llegado. El sueño de mucha gente hecho realidad. No toda la gente apostaba por algo así, pero lo hemos conseguido, ¿no es así?-sonrió-

-¿Sabes cómo han llamado a la feria este año?-preguntó

-El Dios Tecnología-respondió ella

 Sus miradas se perdieron en este mar electrónico, eléctricamente vivo.
Un nombre acertado, pensaron los dos. El Dios Tecnología.

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