Joder, juro que no fui yo. Si usted dejara de golpear su dedo sobre mí con tanta insistencia podría explicárselo todo. Fue ese inútil del sector Ajustes/Sonido. Se lo he dicho mil veces a nuestro superior. Que ese tío no iba a estar a la altura de un dispositivo como éste. Si viene de gestionar la sección de Dispositivos de audio/Sonidos de un simple ordenador de mesa. Allí sólo tenía que ocuparse de ese maldito tono de notificación de Windows. Pero esto es la jungla, yo lo sé muy bien. Notificaciones que entran cada segundo, alarmas, solicitudes de amistad, un tono de Apalabrados que aparece cuando menos te lo esperas. Y qué decir de Facebook… Hostia, que el tono de aviso Sherbet no se le puede dejar a cualquiera. Que esos novatos lo confunden con el Tweeters y se quedan tan panchos. Aquí hay que estar a tope. Por eso pasó lo que pasó. Me lo han asegurado los compañeros del otro móvil implicado. Ellos vieron salir el mensaje de la chica. Todo fue normal: ella entró en tu perfil de Whatsapp, y hasta tuvo tiempo de abrir tu foto para verte una vez más. Buena foto, por cierto. Yo lo digo siempre, que hay que saber elegir cuál queremos que sea nuestra carta de presentación en este mundo. Pues eso, que posó su dedo sobre la pantalla, con suavidad, sobre tu nombre, como si con ese gesto tan determinante en nuestro entorno llevará escondida toda una promesa. Abrió entonces el teclado táctil, con otro golpe suave. Y allí lo escribió todo. Ni siquiera usó abreviaturas. Palabras enteras, tío… Puedo tutearte, ¿verdad? Y vaya mensaje: largo, con sus tildes, sus puntos y sus comas. Eso es amor. Lo que te decía: cinco minutos estuvo escribiendo. Al final, añadió un emoticono de corazones unidos y todo. Supongo que trataba de hacer más suave el ultimátum que había detrás de sus palabras. Ese ahora o nunca. Y lo mandó. Le dio a enviar y lo mandó. De eso estoy seguro. Tengo buenos amigos en aquel móvil. La mayoría son de mi promoción, por eso me fío. Y claro que tuvo que entrar aquí el mensaje. Tuvo que estar aquí un tiempo. ¿Y nadie te lo notificó? Fue él, te lo repito. Lleva metiendo la pata varios meses. Hace unos días no nos avisó a nosotros del nivel interno de la memoria de datos. Ni un simple pitido. Y todo el trabajo de mantenimiento de ese día a la mierda. Las actualizaciones pendientes, perdidas hasta nuevo aviso. Ya sé que eso no es consuelo para ti. Me pongo en tu lugar y entiendo tu cabreo, macho. Te voy a dar un consejo. Sé cómo puedes solucionar esto. Debes deshacerte de él. Verás, es muy fácil. Sólo tienes que abrir la… Maldita sea, ahora soy yo el que te falla: la batería, rápido, la batería…

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