¿Dios, Semidiós o Sirviente?

¿Dios, Semidiós o Sirviente?

Sisi White

11/02/2013

Una vez leí la reflexión de un gurú de la tecnología de IBM llamado Irving Wladascky- Berger que decía:”La industria ha entrado en su periodo  Postecnológico” (the economist: 2008).  Tal afirmación, revelaba que hoy día, “el cómo se utiliza, es más importante que la tecnología misma”. Toda tecnología de “punta” en algún momento pasa a un segundo lugar y se convierte en parte de la vida cotidiana, como lo hicieran los grandes inventos desde el fuego, la rueda, La brújula, La pólvora, pasando por la imprenta, la energía de vapor y la electricidad, el teléfono entre tantos otros, para así volverse más importante y menos visible. Y eso también pasará con la informática, la historia de la tecnología lo confirma.

Al concluir la lectura me quedé pensando sobre la existencia, mi experiencia humana,  la Tierra, al “SOL”, la energía suprema de la vida; el Hombre SER ambicioso, explorador, transformador, protagonista de  su destino, universal e indetenible. En “el poder”, la ambición humana por influir, conocer y controlar personas, situaciones y cosas, es donde encuentro el punto de partida para éste debate.

En el siglo XVIII, -Fausto de Goethe- develaba desde la genial pluma del dramaturgo, todas esas pasiones intrínsecas del hombre y  que honestamente conllevan a la pregunta:

–  P: ¿hemos cambiado en el siglo XXI?

–  R: No, seguimos teniendo los mismos problemas, frustraciones y anhelos que Fausto tuvo en su época, solo que no vendemos literalmente nuestra alma al diablo.

Sin embargo, en este dialogo interior sobre El Hombre y la resonante sociedad de las telecomunicaciones, no me convencía del todo llamarlo “Dios Tecnología”, puesto que el Dios en el que yo creo, es un ser cuya existencia se atribuye a sí mismo que creó al hombre y éste a su vez concibió la tecnología, persiguiendo su propia trascendencia para  inspirar a otros, recrear a otros y ayudarlos a encontrarse con sus propios sueños.

Imagino la enciclopedia del siglo XVIII, tan impactante como es hoy día el internet, la magnánima obra  de Diderot, D`Allembert, Rousseau y otros contenia todas las respuestas sobre el conocimiento alcanzado hasta entonces,  con la imprenta, la brújula (orientación), la energía vapor y sobre todo “la razón” (la gran emancipadora) “La Ilustración” instituyó la apuesta por el progreso y la libertad indetenible.

La Industria con las telecomunicaciones e Internet, vinieron a integrar todos los grandes inventos de toda la historia de inventos de la humanidad pero desafiando lo que solo Dios y el pensamiento habían logrado antes, romper la brecha de la distancia y tiempo; Dios creó un planeta para el hombre, con todo para su sustentabilidad y éste se creó otro “planeta” (realidad virtual) para reafirmarse en su semejanza al creador. 

“la plataforma mágica” es la fuente sobre la que hacemos efectiva la avidez constante de poder, abastecedora de todo el conocimiento y las posibilidades, la información, las redes sociales (comunicación- expansión) que cambió el factor trabajo ( ya no es un problema salir o no de casa para la vida productiva de casi nadie). 

Y sin embargo con ello no finalizó la dilemática (perpetua) sobre las desigualdades sociales más bien la intensificó, en tanto que el acceso a la tecnología y al internet pasa al debate junto a otros derechos humanos socioeconómicos y políticos que ya conocemos (acceso a la alimentación, educación, democracia, entre otros) y reducir estas brechas es la meta del milenio para la ONU y yo agregaría que -deberían ser el objetivo de todos los hombres del planeta-. 

Muchos debates en la actualidad y yo no sé no se si este esquema de maquina, pantallas, realidad virtual y aparatos cada día mas sofisticados deba titulársele ¿Dios, semidiós o  sirviente?  Solo se que me valgo de ella para facilitar una vida que sin ella seria menos acomodada  y que me permite usarla para lo que quiero, en las circunstancias que puedo, hasta donde me alcance el presupuesto para adquirirla pero firmemente convencida que ella no parará, en la procreación de más neonatos que superen cada día los existentes y que vencerá la dependencia a otras tecnologías y energías que las sustentan.

¿Quien gana el debate?  A mi juicio: – Evidentemente el cómo estamos usando la tecnología-  y esto dependerá de cuanto de nuestra «Razón», pasión, madurez, estados de ánimo, cultura, ambiciones y otros  factores intervinientes que hacen pensar que hay entorno a ella un trasfondo existencialista; no se cuanto habrá de psicoanálisis, filosofía, sociología, jurisprudencia y política, solo se que todo lo que Dios Creó está donde yo esté al alcance de un clip.

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