Tengo la insana costumbre, mire usted, de llevar el móvil en el bolsillo, bien el trasero del vaquero, bien el delantero superior de la bata (soy enfermera…), hábito que no tendría mayores consecuencias si no fuese por la incontinencia que padezco, tras haber parido a tres niños bastante cabezones (como yo, supongo…) y que me deja impunemente, en una situación similar a romper aguas, en los momentos menos oportunos. Con estos parámetros a tener en cuenta, no es de extrañar que, a menudo cometa el delito (palabras textuales de mi marido, y facilitador de móviles) de dejar caer inconscientemente el aparato a la taza del wáter…

Que te ocurra una vez, podría tener un pase pero, la segunda y la tercera, especialmente si la primera ha sido tras usar el excusado (si, puagf…) da lugar a pensar en una posible alteración en el córtex cerebral de la usuaria en cuestión, o sea, yo.

¡No puedo estar sin móvil! Me llegan por esta vía las ofertas de trabajo (cada vez menos) con lo que se convierte en una herramienta básica que sostiene mi precaria economía. También es cierto que si tarda la niña en venir del colegio, necesito saber qué le ha pasado exactamente, o si se me ocurre un regalo de cumpleaños para mi madre, antes de que se me olvide, le envío un whatsapp a mi hermana, o… ¡no puedo vivir sin móvil! Por Dios, ¿cómo diablos vivían las pobres gentes del pasado siglo XX, sin disponer del alivio y consuelo que supone este paquetito compacto de ¿microchips, gigas, poliuretano…? ¿yo qué sé? lo que diablos tengan los móviles por dentro (no soy ingeniero, vamos a ver…)?

Resulta bochornoso cada vez que me ocurre, confesarle a mi marido que me he quedado sin móvil, porque se me ha vuelto a caer a la taza del wáter… Pero resulta mucho más bochornoso aún explicarle las razones de mi rápida entrada y posterior bajada de pantalones, y mi dificultad para gestionar mi descolgamiento de vegiga. ¿Es posible que, en la época que vivimos, en pleno siglo XXI, se nos siga cayendo la vegiga a las multíparas? Y, ya que empiezo con estas reflexiones, ¿es posible que en pleno siglo XXI no se hayan fabricado móviles waterproof? ¡Por Dios, si Casio protegía sus relojes de la humedad hace más de 30 años!

Lo que me lleva a otra aviesa reflexión: ¿No será una trama de las grandes multinacionales de telefonía móvil para que cambiemos a menudo de terminal? No, no, ahí dejo la pregunta, que cada uno haga una labor introspectiva y vea hasta qué punto está manipulado por las empresas, el marketing, la alta tecnología…

Podría vivir sin aspiradora, a pesar de tener perro (chucho, de pelo en pecho…), podría vivir sin lavavajillas, toda la vida, en los pueblos la familia comía del puchero, como si estuvieran de picnic, y se bebía de la misma bota de vino…, podría vivir sin ¿lavadora?,¿coche?,¿ordenador?…¿¡INTERNET!?, ¿podría vivir sin ADSL?… No… Dios mío, no… Sin poder consultar en Google la receta gourmet del roscón de Reyes… o cúantas películas lleva perpetradas Stallone bajo el pseudónimo de Rocky… Dios mío, no, no me pidas eso… Santísimo Señor de la Tecnología, no  me desampares, ni me abandones de tu mirada, porque el Dios antiguo, ése que obligaba a la gente a ganarse el pan con el sudor de su frente (puagf, ya sólo la frase incita a la anorexia y a la huelga…), ese Dios, digo, no nos preparó para lavar a mano las manchas de chocolate (¡el enemigo de los disfraces!), sufrir en silencio y con incertidumbre la ausencia prolongada de un ser querido, barrer de debajo de los radiadores las pelusas del perro varias veces al día, o… ¡ir andando, en bici o autobús a llevar a los niños al colegio!

Ese Dios, pasadísimo de moda, no tuvo en cuenta las necesidades básicas de los seres humanos que creó a su imagen y semejanza… ¡Ya le vale!¿O me tengo que creer que en su morada celestial, no existe un disco duro central que gestiona, organiza y coordina con domótica todo el santo Cielo…?

Son ofrendas algo caras, las que requiere esta fe que está arraigando cada vez más en los corazones de tus fieles, ¡oh Dios de la Tecnología!, pero ¿qué es un ipad, o colas interminables para conseguir el iphone-5, frente a las gracias y dones con que tú nos obsequias?

No me sirve esta fe, no obstante para arrancar de mi pecho este desasosiego interior que siento, me encuentro bloqueada a nivel emocional, me invade una tristeza que, a menudo no corresponde con los sucesos de mi vida… 

¿Será que alguien me ha enviado un spam? Igual mi marido decide que, como terminal de vida en pareja, estoy terminada, y decide arrojarme por la taza del wáter…

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