Control: Hace un tiempo miré al cielo y me sentí pequeño, existía en mi interior una gran confusión, Karen. La amaba con todo mi corazón, ella se había mudado a una ciudad lejana con la promesa de un día volver. Decidimos seguir en contacto por medio de internet, estábamos confiados de que en algún momento estaríamos juntos. Cada quien tenía su empleo; ella trabaja en una agencia aduanal y yo en un despacho de contaduría, la información la mantuvimos actualizada en nuestros perfiles en línea, casi todo lo que nos pasa lo mencionamos de manera pública y nuestras actividades no quedaban desapercibidas. Ya pasaron dos meses, no hemos tenido una conversación telefónica ni tampoco una videollamada, el asunto era que Karen tenía mucho en que pensar cuando llegó allá: no tenía más que un pequeño lugar donde quedarse a dormir y pronto la casera que se lo facilitó se lo pediría, no conocía a nadie más. Sus horarios en lo que se encontraba disponible eran erráticos y por lo regular, yo me encontraba en mis labores mientras eso sucedía, sin embargo, yo tenía la fe poder contactarla al fin para decirle lo mucho que la extraño y la amo. Otro mes ha pasado, llegaba una tarde del trabajo cuando recibí una llamada suya, rápidamente entré a casa, sonó una vez, no podía creerlo, me sentí emocionado, contento, mi sentidos se agudizaron, sonó otra vez, respiración entrecortada, ¿cómo pudo sonar ya dos veces si solo entré a la casa?, arrojé todo lo que me pesaba quedándome con mi teléfono en mano, sonó por tercera vez, presioné ‘contestar’. Llegué al cielo al escuchar su voz, se notaba contenta, despreocupada, al instante me pidió un videollamada y colgó. Me quedé con un palmo de narices, ¿llamó para hacerme esperar otra vez? Bueno, bien valía la pena ir corriendo al escritorio, encender, el computador, probablemente quería verme tanto como yo a ella, posiblemente me tenía una sorpresa… un momento, ¿que tal si en verdad me preparó algo? Ahora no tengo algo que le pueda dar, las cosas no han ido bien en el trabajo y he realizado recortes al gasto solo en caso de que lo ahorrado sea necesario para alguna urgencia. El ruidito de los ventiladores de mi equipo se oye como siempre al encenderlo, las lucecitas de mi módem parpadean de forma constante, mientras espero que la que indica que la conexión ya está lista encienda, pienso, ‘Esto tarda demasiado’.

Alt: La vida volvió a mi cuerpo al verla a través de la pantalla, me quedé mudo al ver que se ve como se escucha, alegre, radiante, ella comenzó a hablar:

-Te pido una disculpa por no haber contactado antes contigo, estaba en aprietos por no conseguir un lugar para vivir aquí, estaba como con el cordón umbilical seccionado al no poder estar en algún compartiendo contigo algún chat. 

-Entonces pongámonos al día- dije con mucho entusiasmo.

Tres horas pasaron desde que comenzamos, teníamos mucho que decir, que compartir. Ahora más que nunca me sentí seguro de su amor, las semanas siguientes estuvimos pegados a nuestros teléfonos, enviándonos toquesitos y todo tipo de caritas junto mensajes como ‘ahora está lloviendo’, ‘un perro malhumorado me hizo correr varias calles’, ‘hoy trabajaré hasta tarde por el inventario’… La vida era mejor, mis problemas de trabajo se habían hecho llevaderos porque eso sí, no había mejorado la situación ahí. Lo que llegué a saber era que mi jefe se había pasado de la cuenta al recibir un crédito para el negocio, sin embargo, el se comprometió a pagar lo más rápido que pudiese y que esto lo comunicó a sus socios, quienes implementaron un plan de austeridad que aplica a todos. -La empresa hoy necesita de ustedes más que nunca para salir adelante, debemos estar unidos- y todo ese tipo de cosas. No es que vaya a botar todo a las primeras de problemas… 

Unas semanas más pasaron, pero solo unos días sin que ella me contestara mis mensajes, -Está ocupada- pensé. 

Suprimir: Al cabo de otro mes, revisé el perfil de Karen ‘En una relación’, pero especificaba con quien, una de las pocas oportunidades que tuve de contactarla o de ver si me había escrito algo desde que fui recortado de aquella empresa, que por cierto, pagó mal mi lealtad de cinco años. Ahora encontrar un nuevo empleo era más difícil, he tenido que recurrir a tomar cursos de actualización y trabajar en un supermercado, empleo que no da para tener todo lo que tenía antes. Pensé entonces en ir a buscar a Karen, dejarme  de esto de verla por medio de mi pantalla y renovar los votos de amor que hicimos, es cierto que no ha habido mucha comunicación los últimos tiempos, pero se lo dije, -Las cosas no van bien en el trabajo, puede que deba pensar en buscar un nuevo empleo- en ese momento lo dije en voz alta y la persona que tenía frente a mí en la registradora dejó su teléfono y me miró impaciente: -¡Apúrate que no tengo tu tiempo, deja de pensar en tonterías!- me dijo utilizando un tono muy despectivo. Realmente no sé cuando comenzó a ir mal todo, si desde que Karen se fue o desde aquello anunciado en el despacho, mi despido… Llego a casa con una sola cosa en mente y escribo en mi perfil ‘Voy a ir a buscarte para hacerte una petición importante!!  😀 ‘, llevé mi equipo de escritorio a rematar, tomé un cambio de ropa, mi teléfono, todos mis sueños y me embarqué en un viaje de ocho horas. En conversaciones anteriores supe donde trabaja y vivía, no me tomaría mucho tiempo hallarle. No había respondido a mi publicación, no había actualizado sus fotos en un tiempo, es como si hubiese congelado todo o como si no usara ya su cuenta, aun así no pensé que hubiese algo extraño. Al fin llego, salgo de la terminal y llamo al taxi más cercano a mí -¡Oh bendita aplicación, pensar que la iba a eliminar por no serme útil y hoy me consigue transporte para ver a mi amor!- Ya me sentía impaciente, primero me llevó a su trabajo, le pedí esperar y descendí, no la conocían, entonces me dirigí a su departamento; antes de llegar recibí una llamada; -Perdóname, me enamoré de alguien- colgó. Me dí Ctrl+Alt+Supr.

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