La muerte pisaba los talones de mis zapatos. Los zapatos del bordillo. Los mismos que usé el día anterior para caminar bajo la lluvia. Me calé hasta los huesos. Hasta lo más profundo de mi ser.
Pero quería escapar. Con ella. Esa era mi máxima aspiración, y no podía soportar ver aquella alfombra roja día tras día. Mi habitación se quedaba pequeña en comparación con el mar. Nada había cambiado. Nada excepto mi vida.
Un abrazo, desde el otro lado de la orilla.
Destinatario:
Alice Gould
Hospital psiquiátrico de Castilla y León
01118
Castilla y León, España
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