Como todos los veranos, mi familia y yo vamos de visita a la casa de la abuela. Pero este verano, fue algo diferente… atrás de un cuadro, encontré una pequeña puertita, adentro de ella, había una cajita de madera con un candadito y su llave puesta. Llame a una de mis primas y juntas la abrimos, adentro de ella había muchas cartitas de amor y una cadenita de oro con un dije de corazón. Las cartitas tenian el nombre de un tal «Alfonso», en lo que se, mi abuelo se llamaba Silvio… mi prima y yo, decidimos guardar todo y no decirle nada a nadie, aunque nos da intriga saber si la abuela tuvo algún amante, un amor perdido o acaso una doble vida…
Valentina Carranza Egea
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