Esta es la foto en la que parece que estamos todos. Simplemente porque tantos cumpleaños y años nuevos nos obligaron a ocupar el espacio que en realidad todavía esta vació. Es la posible felicidad de un recuerdo en el que nos hacemos los tontos sin pensar que en realidad falta alguien. La familia indestructible pero astillada. Tan fuerte y tan frágil! Tan unida y tan distante! El se fue y sabemos donde pero se añora su presencia, sus besos, su abrazo. Sabemos que esta disfrutando de una vida mejor a la que todos vamos a llegar si vamos por el mismo camino. Pero…. ¡Dios mio! como duele recordarlo. La familia aprendió a saltar fechas, sillas, platos y regalos. Ya deje de contarlos al subir al auto y ya no importa cuantos panes pongamos en la mesa. EL no se ha ido de nuestra memoria pero tememos olvidar. Aunque se cele el mas mínimo detalle de un momento que no queremos que se esfume. No se habla porque duele pero se hace fuerte cuando lo volvemos a recordar. La familia, tan hermosa, tan sufrida, tan llena de un amor extraño que fuerza la unidad aunque hay cosas que no se soporten. De repente de la nada percibo momentos, olores que me dan alegría. Contar la historia de como hacia travesuras y se escondía nos libera una sonrisa que calma el alma. Sus errores, macanas y defectos que desesperaban, no pensé que hoy podían ser tan divertidos ¡Pensar que si los estuviera haciendo ahora tendría que castigarlo! Mi error? el peor de todos! Vivir tratando de alcanzar algo que seria para ellos y no pensar que tal vez ellos nunca reciban el fruto de mis sacrificios, pero eso si, vivieron ser privados de mi tiempo por el bendito afán de una vida mejor para ellos. Ese fue mi error mas grande y mi mas grande escuela. Aprendemos dentro de la familia las lecciones mas grandes de nuestra vida. Aprendemos a perdonar lo imperdonable por amor. Aprendemos a soportar lo insoportable por amor. Aprendemos a cambiar, a dejar de hacer, a entregar todo por amor. Amor que tal vez no se reciba de la misma forma, pero que mas da, cuando se ama, no se espera recibir, se disfruta en el dar. En la foto ya no esta la imagen de aquel adolescente que tanto nos hizo renegar. Pero aun lo veo cuando veo cada fotografía.. Es como si se posara detrás y en mi corazón siga siendo parte de esta familia. Lloro al escribir este relato. Porque aunque poético y descriptivo. El joven de la foto que esta faltando es mi hijo. Uno de mis cuatro hijos que decidió irse al cielo hace casi siete años. Parece que fue ayer. ¡El dolor es tan grande! y uno, no se cómo, aprende a sobrevivir. ¡Que ironía de la vida! Le pedí a Dios ese hijo y el me lo dio, pero cuando Dios me lo pidió a mi, me costo tanto dárselo. Un día nos volveremos a ver. Tenemos la misma fe que nos llevara a reencontrarnos en el cielo por toda la eternidad. Mientras tanto en la tierra debemos tratar de darle sentido a lo que nos pasa. Usarlo para ayudar a otros y seguir adelante ¿Somos mas fuertes? si ¿ Somos mas sabios? si. Pero también somos mas vulnerables. La familia a tratado de seguir adelante y recuperarse y lo hemos logrado. Cambiamos. Todos cambiamos. La forma de verlo todo cambio. Cada día es un nuevo día y cada noche puede ser la última. Por eso nos pedimos perdón y nos reconciliamos cada día antes de irnos a dormir. Agradecemos cada mañana al levantarnos. Luchamos por permanecer juntos y sobre todo de comprender que cada uno de nosotros lleva dentro el recuerdo de una herida que todavía esta sanando. Mi hijo me enseño la lección mas hermosa de mi vida. Aprendí a amar a otros, a entender mi propósito en la vida, a descubrir mi llamado eterno. Agradezco a Dios lo sucedido aunque me duela en el alma decirlo. Todo tiene un por qué, un propósito, todo esta perfectamente planeado; solo que nosotros lo vamos descubriendo en el camino. Nacemos con dos fechas en el documento una de nacimiento y otra de caducidad solo que la última debemos descubrirla por sorpresa en el momento que nos llega ¿Graciosa manera de hacernos vivir en esperanza no? Así es la vida y debemos vivirla. Disfrutar cada momento, perdonarlo todo y cumplir el propósito por el que aun estamos vivos. Te amo hijo, y te seguiré amando en la eternidad. Con amor mamá.
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