La distancia es un olvido mentiroso.

La distancia es un olvido mentiroso.

Con una maleta como única propiedad, en un barco que nunca recordó su nombre, con ganas de expulsar los malos recuerdos pensando que sólo eran los movimientos del barco, atravesada por una pasión sin nombre entre ollas y conservas, así partió de un puerto de España…

Algunos prefieren olvidar y la distancia es un olvido mentiroso.

El sol se esconde, los recuerdos caen de prisa para decir presente. El viento golpea en su cara y repasa los olores de su infancia: el aroma de los caldos, el postre de leche y harina con la cuchara de caramelo que todos se disputaban.Saca un pañuelo que lleva en algún bolsillo misterioso, seca sus lágrimas y en el horizonte secará el sudor que la acompañarán el resto de sus días.Sabía que no la esperaba la fortuna y sus manos arañarían la tierra haciendo surcos en su cara, su esfuerzo estaría tirado por un desnutrido buey que apenas podría avanzar.

En el medio de La Pampa forjó una familia como pudo. Jamás faltó el sacrificio en la mesa, las monedas para contar, la modestia en su forma de vivir y un rodete que escondía su misterioso y ondulado cabello.

Un día llegó él, un paisano de sus tierras, un hombre que traía santos y espíritus en su bolsa, que leía libros extraños tan misteriosos como su vida. Y se quedó con ella en el campo.

Junto a los hijos de ella y un monte de duraznos jamás se atrevieron a mostrar sus sentimientos. Era un inquilino en la casa, era el dueño en el corazón de mi bisabuela. Había un saber implícito que sólo puede darlo el amor profundo entre las personas. Sin necesidad de rotular, ponerle un nombre o una condición… así transcurrió la vida.

En el ocaso, cuando las tardes de la existencia se van apagando, los hijos de la casa cuidaron de él, como quien vela por la salud de un padre. Nadie despejo ninguna duda, ningún rumor, que seguro lo había a montones.

Hoy me encuentro un siglo después buscando tus huellas, siguiendo ese barco para tratar de saber dónde naciste, cuáles son los árboles que te vieron crecer, el rio que te escucho llorar.

Y no encuentro nada…

No hay una foto, no hay una partida de nacimiento, no está tu nombre en ningún registro de gobierno. Y me quedo con esta historia porque la sé tuya y es lo más cercano a vos que tengo…

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