Viajaría al fin del mundo, solo por ti

TOC, TOC…

Despierta pequeña, es hora. -Suavemente se desliza hacia el interior del cuarto, aquella mujer de cabellera larga y sonrisa maravillosa.-

Acariciando el rostro con dulzura, dice:

«Hace algunos años, no me hubiera imaginado aquí, justo a tu lado y menos pasando por este maravilloso momento.»

Siempre has sido una mujer decidida y muy soñadora, mira que irte de tu casa en busca de un sueño, ese sueño que hoy te hace una mujer maravillosa y permite que seas después de esto, la versión mejorada de aquella niña con rodillas manchadas de sangre y mejillas llenas de lodo, por juguetear entre los valles.

Déjame confesar que cuando llamaste a la casa, para dar la noticia, no sabia que más hacer y sin dudar, me solté a llorar. Quizá te preguntes el ¿Porqué? y déjame decirte que la respuesta es muy sencilla. Se que haz estado apartada de tus padres por mucho tiempo, lamento que no sea tu padre quien te guié en este camino y que tu madre se pierda la alegría de acomodar tu vestido. Pero sabes que siempre estaré a tu lado y viajaría hasta el fin del mundo, por estar a tu lado, nunca permitiré que te lastimen y apoyare constantemente tus sueños.

Jamás voy a olvidar cuando te llame para darte la noticia de que estudiaría por fin mi sueño, tu voz simplemente expuso «Tengo fe en ti», sin saber esas palabras se convirtieron en mi motor y cada vez que mis ilusiones caen, cierro los ojos, para volver a revivir esa frase en mi mente, con tu voz y corazón latiendo, creyendo fielmente en mí.

Por la dueña de esas palabras cruzare el mundo y lo sabes, eres mi orgullo, así como la inspiración que guía mis momentos obscuros, el pilar de una familia dispersa, eres la hermana mayor que siempre espere.