Conocer Europa no era cosa que me apasionara mucho, pensar en meterme en un avión por 11 horas y emprender un recorrido de más de un mesatravesando túneles y mar me llenaba de pánico. Soy claustrofóbica y el solo hecho de pensarlo me dejaba sin aire. Pero al cumplir 50 me lance a descubrir el motivo por el cual el viejo continente causaba tanta fascinación a la gente.
Ese 9 de Julio del 2.015 salimos mi esposo y yo de Medellín a descubrir Europa y a enfrentarme con mis miedos. Y si, allí me encontraba yo frente a la majestuosa torre Eiffel, tenía París ante mí y no lo podía creer todavía. Todo ¡era fabuloso! el queso, los vinos, la comida, el arte y ese acento tan seductor e impronunciable. Me di un banquete, un deleite a los sentidos. Creo que pude degustar a París como se saborea un buen vino, sorbo a sorbo, sintiendo su aroma, su sabor, y disfrutando de cada una de las sensaciones que produce.
El barrio Montmarter me pareció fabuloso, hubiera podido quedarme a vivir allí, fue cuna de la bohemia parisina del siglo XIX. Allí habitaron muchos artistas Picasso, Van Gogh, Toulouse, Renoir, entre otros. Este sitio tiene definitivamente alma de poeta.
Dejamos París y nos fuimos para Londres, embarcamos en Caláis para cruzar el canal de la Mancha.
Desde muy chica siempre me había llamado la atención Inglaterra (Londres) era el país de mis sueños, tal vez por los Beatles, la literatura y tantas otras expresiones artísticas y culturales que me gustan. Londres definitivamente hechiza, es diversión, cultura, luces y color. No podíamos irnos de allí sin visitar el castillo de Windsor, donde reside la reina de Inglaterra, quedé absorta con ganas de más….mucho más. Londres me encantó.
Partimos para Brujas (Bélgica) una Ciudad mágica ¡como de cuento de Hadas! aquí llegamos después de viajar a través del Euro túnel bajo el mar y demostrarme a mi misma que puedo vencer mi miedo al encierro. Un día agotador pero lleno de experiencias maravillosas, en mí crecía la expectativa pues nos esperaba Holanda.
Nos fuimos de paseo por los canales que recorren la ciudad de Ámsterdam, (Holanda) Volendam, Marken y los Molinos todo un encanto por descubrir. Un día soleado como pocos se ven en Holanda, disfrutamos de una fría y refrescante cerveza y de un día que perdurara en mi memoria para siempre. En la noche degustamos un buen vino y muchos quesos.
Alemania me llenaba de curiosidad! Conocía mucha gente que había vivido allí, y no escatimaban esfuerzos para desbordarse en elogios hablando de ella. Tomamos un Crucero por el Rhin, bellos paisajes y los más impresionantes castillos de Alemania deleitaban nuestra vista. Un día lleno de sol, muy emocionante. Estuvimos en Nuremberg, uno de los lugares más históricos de Alemania. Frankfurt (Alemania) queda en mi memoria como el país de los valles verdes, los bosques fantásticos y la cerveza artesanal.
Continuamos nuestro viaje hacia Praga, la capital de la República Checa, sencillamente espectacular, una de las ciudades más encantadoras de Europa. Me quedaron sus castillos, los paisajes de campo, su estilo medieval, la casa de Kafka, El Niño Jesús de Praga, una Ciudad para vivirla intensamente, valió la pena haber estado allí.
Viena, capital de Austria. Situada a orillas del Danubio en el valle de los bosques de Viena. No dudé en irme a hacer lo que más me gusta en la vida, ver almacenes y hacer algunas compras. En Viena se vive bien, con tranquilidad, seguridad y sin prisa.
En la vía a Venecia pasamos por Eslovenia. Allí elevé una oración al Cielo para dar gracias a Dios por tantas bendiciones. ¡Por fin! Venecia, maravillosa, romántica un día lleno de emociones. Venecia será siempre Venecia, un lugar único que por lo menos una vez en la vida hay que ver y yo estaba allí, contemplando semejante maravilla! Para una romántica empedernida como yo, creo que no existe cosa igual. Ver como los Gondoleros entonan hermosas melodías para acompañar su paseo en Góndola me derritió el corazón.
Pero la magia seguía, llegamos a la majestuosa Florencia, ciudad del Renacimiento. Estuvimos tras los pasos de Leonardo y Miguel Ángel, la Catedral de Santa María de las Flores, es sencillamente espectacular, su magnífica cúpula del arquitecto Brunelleschi lo deja a uno sin palabras.
De camino a Roma, quise pasar por Asis, Fui educada por franciscanas por eso no podía dejar de visitar a San Francisco de Asís. Sentí un fervor inmenso al encontrarme allí frente a su tumba.
Muchas son las razones para enamorarse de Roma y querer volver a ella. Allí la espiritualidad y la religión se vuelven arte. Estar en la Basílica de San Pedro, la Capilla Sixtina, los museos Vaticanos, no hay palabras para describir lo que se siente.
En la fuente de Trevi no pude evitar tirar la moneda (de pronto funciona) por que definitivamente quiero volver a Roma. En las noches llegaba exhausta, creo que nunca había caminado tanto en la vida como en esos 30 días.
Salimos para Barcelona pero antes visitamos Pisa, su majestuosa torre y Niza la capital de la Costa Azul. Un viaje asombroso donde los sentidos se agudizan y la calma se te mete al alma forjando una paz infinita. ¡Por fin llegamos a Barcelona! (España) que espléndido lugar, lo primero que hicimos fue visitar la iglesia de Santa María del Mar, allí era visita obligada, un tributo a mi nieta que lleva su nombre.
Última estación Madrid. Ahora si, nos estamos acercando al final de esta maravillosa experiencia. Madrid centro del arte y la cultura Europea que exquisita paella y que deliciosa sangría. Cuando cae el sol en Madrid todo está a punto de comenzar. Ir de bar en bar tomarse una copa de vino y acompañarlo con Sus deliciosas tapas es un deleite al paladar.
Después de tan maravillosa experiencia volver a casa es la recompensa mas agradable que se puede recibir .
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