Estamos en una habitación con vistas.Abre las ventanas y corre las cortinas ¡qué maravilla, mece con tus ojos la cuna renacentista! ¿No te seduce esa cúpula del Duomo? ¿Y ese puente Vecchio? Mira como sobresale la torre del Palazzo Vecchio y la silueta de la basílica de Santa Croce.Es Florencia, una de las ciudades más bonitas que conozco. Te dejo abiertas las ventanas. Contémplala, es fascinante.
Me hincho la boca de aire, ¡puf!, ¿Por dónde empiezo? Al mirarla me vuelvo neogótica, tiro la chaqueta de cuero negra y me paso al White-collar workers con listas toscanas verdes y rosas, simetría y sencillez, adaptadas a medida. Me convierto en Lucy Honeychurch, de la novela de E.M Foster; me enamoro de Miguel Ángel en el puente del río Arno; me visto de medievo carnaval con Galileo y Giotto para ir a Piazza de Santa Croce. Y aquí no acaba la aventura porque ahora toca trepar por el Campanile bajar por la escalera espiral de la cúpula y raptar a Brunelleschi.
Sí, Sufrí el Síndrome de Stendhal. Creí que era exagerado, pero todo es cierto. Pueden llegar a abrumarte las maravillas que ves. Me quedaría para visitar todos los días la Galeria Uffizi, disfrutar como se merece esa colección renacentista de obras únicas del siglo XV y XVIII. Allí dentro quedas como suspendida en el aire. Atraviesas el corredor, llegas al Palacio Vecchio y después bajas y disfrutas de todas las esculturas de la histórica Piazza della Signoria…“Stacciata” te quedas. Arte y pensamiento andan sueltos por las calles y plazas del casco histórico en una explosión de sensaciones. Florencia es vital, a la vez que hermosa. Calles con cafeterías y trattorias; capuchino o helado, pizza o pasta, combinados con esos largos paseos de historia del arte. Coge la moto scooter, aquí no ruedan a cuatro. Mira como aparece la cúpula del Duomo entre las estrechas calles. Es soberbia. Uno de los recuerdos que más aprecio de este viaje es la sorpresa en cada esquina.
Dante dijo: “considerar vuestra simiente, hechos no fuisteis, para vivir como brutos, sino para perseguir virtud y conocimiento”. Creo que raras veces en la historia se haya concentrado tanto genio que domine todos los campos para hacer avanzar una sociedad. La maestría de artistas alcanzaba una dimensión fuera de la óptica de mortales: podían ser pintores, arquitectos, escultores, escritores,…. Comercio, bancos, papas y arte han hecho que esta ciudad conserve este patrimonio.
La referencia más conocida de Florencia y del Renacimiento es la Piazza del Duomo: La basilica de Santa María del Fiore con la poderosa cúpula de Brunelleschi, el Campanile de Giotto y ese Baptisterio de San Juan, de origen romano, con una maravillosa puerta del paraíso, bronce dorado con bajorelieves que te dejan boquiabierta.
La basílica, símbolo de poder y riqueza de la capital toscana cuya construcción precisó 170 años. Su belleza externa la forman las bandas que alternan en vertical y horizontal de mármoles blancos (de Carrara) prato (verde) siena (rojo) y sus soberbios ventanales.
Si tuviera que quedarme con algo, no lo dudaría, ¡esa cúpula! La mayor de su clase, un icono envuelto en un misterio. Su construcción, un secreto de ingeniería. Se tardó nada menos que 16 años para levantarla. Su creador, un orfebre sin formación de arquitecto inspirado en el Panteón de Roma, derrota a la gravedad con la sencilla tecnología de la época. La subida fue toda una aventura. Una espera en una interminable cola durante horas y….. cento, duocento, trecento, quattrocento ¡436 escalones! No aptos para los que padecen fobias.
¡Qué experiencia! estar dentro de esa bóveda octogonal, 45m de diámetro y a 100 de altura que atraviesan pasillos y escaleras, a pocos metros del fresco del Juicio final de Vasari y Zuccari. Cinco metros de Lucifer, las escenas más violentas de diablos maltratando a condenados. Estar en el interior de la cúpula es emocionante, te impacta toda, por dentro y por fuera. Subes hasta la linterna de mármol y la ciudad se abre ante ti: La Florencia medieval, la renacentista,… conserva todo el encanto.
El Ponte Vecchio, ese puente medieval con casas colgantes sobre el río Arno ¡oh! ¿No es algo único? Ventanas multicolores, pequeños comercios… Uno de los más emblemáticos que conozco. Dicen que es el puente de Europa más antiguo: romano, madera y después, en piedra. Diseñado por Taddeo Gaddi pintor y arquitecto. Brunelleschi fue orfebre aquí, aquí creó sus primeros trabajos artesanales.
En otros tiempos era un puente sin impuestos, ahora la mayoría de los negocios son joyeros y los ojos se pierden en el escaparate. También hay músicos, retratistas y vendedores callejeros. Todo el bullicio del turista curioso lo encuentras aquí, a un paso de una plaza histórica: La Piazza della Signoria, corazón político, centro del pueblo y lugar de ejecuciones de antaño. El palazzo Vecchio con su alto campanario y la logia dei lanzi, es lugar refugio de hermosas esculturas: el rapto de la sabina, la fuente de Neptuno, la réplica del David de Miguel Ángel,…..Este lugar, te acoge, es un museo al aire libre. Te sientas en los escalones a contemplar cada detalle y el gesto de embeleso de la gente que pasa.
LaGalería Uffizi tiene su entrada frente al río Arno y al puente Vecchio. Mi pintor preferido es Boticelli. Esa delicadeza en detalles, sus minuciosas pinceladas… Como orfebre, imprime el trabajo con pan de oro, como si de un repujado se tratara. Además es muy gótico y clásico a la vez: cuerpos humanos, naturaleza y luz.
Última parada: las iglesias florentinas. Taracea toscana, mármol blanco de Carrara con recuadros de mármol verde. Mira los aletones laterales de Santa María Novella, más razón que sentimiento, y la Iglesia gótica della Santa Croce, tradición franciscana con Dante, guardián de las sepulturas de Miguel Ángel, Maquiavelo, Galileo…
¿Has podido escapar, acallar el mundo real? Dan ganas de darle alguna respuesta más a la vida ¿verdad? Pero, ¿qué pasa? ¿Síndrome de Stendhal? Noooo acabas de EN-AMOR-ARTE de FLORENCIA
OPINIONES Y COMENTARIOS
comments powered by Disqus