El pan nuestro
Si los discursos incendiarios y las proclamas revolucionarias quitaran el hambre, nosotros los cubanos pobres, el noventa y nueve porciento de los cubanos atrapados en la isla, no conoceríamos la tortura del estómago vacío; si los discursos de los lideres de la revolución se hubieran traducido en vales para comida, los cubanos seríamos felices; si...