Historias del pan 2 II concurso de microrrelatos. Revista PAN, Talleres de escritura creativa Fuentetaja

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Historias del pan 2

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Un faro de esperanza 

En el corazón de un barrio antiguo, la panadería de Antonio es más que un negocio; es el alma de la comunidad. Durante más de cuarenta años, Antonio ha horneado pan con devoción, creando un alimento que simboliza esfuerzo, esperanza y solidaridad. A través de las historias de sus clientes, como Doña Carmen y Javier, y los actos silenciosos de bondad, como dejar pan para los necesitados, se revela cómo la panadería sirve como un pilar de apoyo en tiempos difíciles. Incluso tras una devastadora tormenta, la comunidad se une para reconstruir la panadería, demostrando la resiliencia y el espíritu colectivo del barrio. La panadería de Antonio no solo alimenta cuerpos, sino también almas, manteniendo viva la tradición y el sentido de pertenencia en un mundo cambiante.

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13

52

Vida con pan 

Cutillas Meca

16/07/2024

La vida puede ser cruda, ya se por las circunstancias o por malas decisiones. Pero no hay nada mejor que un pan recién horneado, crujiente, dorado. Te calienta el alma y las manos.

Tu puntuación:

13

73

LA MARRAQUETA 

pame

05/07/2024

Estacionó a dos cuadras, intentando que nadie la viera, medía sus pasos y observaba atentamente su entorno, en un absurdo comportamiento. Deslizó sus manos a lo largo de la falda, entre los delicados pliegues, sintió la presión de la faja que pujaba por explotar a través de la ropa. Un punzazo en las costillas, le...

Tu puntuación:

13

44

Pan de Estrellas: receta 

Trinity De Pérez

22/07/2024

Ingredientes: 500g de harina de trigo 15g de levadura fresca 250ml de leche tibia 50g de mantequilla suave 50g de azúcar 2 huevos 1 cucharadita de sal 1 cucharadita de flores de anís molidas 1 vaina de vainilla de Madagascar Ralladura de 1 limón 50g de azúcar perlado para decorar Para el aroma mágico: 1...

Tu puntuación:

12

33

Un croissant con sabor a nostalgia 

Es un relato breve pero conmovedor que nos recuerda que el amor, incluso en su forma más platónica, puede dejar una huella imborrable en nuestras vidas. La historia nos invita a valorar los pequeños detalles y a apreciar la belleza de los recuerdos, incluso aquellos que están teñidos de tristeza.

Tu puntuación:

12

101

Pin Pan 

Pin Pan es la panadería donde tantos años trabajo Octavio. Una empresa de tradición familiar, en la cual el sabor del pan ha perdurado de generación a generación. El dolor lo ha atravesado, pero el protagonista de esta historia, supo superar la adversidad, siendo positivo el recuerdo que evoca su memoria. ¿Cómo ha hecho posible sus sueños? ¿Cómo se ha reconstruido luego de que este hecho sucedió?

Tu puntuación:

12

90

 

Cinthya Barrera R

17/06/2024

En cada mañana cuando el sol tiñe el horizonte con su cálido resplandor en un pueblo pequeño una señora con las manos arrugadas, el rostro con múltiples expresiones, nos hace recordar que hacer pan es como vivir. Todas las mañanas elijo un buen sartén, ordeno mis ingredientes con mucha determinación, aunque haya días que despierto bien cansada y todo está bien desordenado, pero pienso; tengo que hacer mi pan, por que hacer mi pan es lo que me hace feliz cada día, soy feliz haciendo mi pan, al final que la receta más importante para hacer un buen pan es el amor y la paciencia, como todo lo que hacemos en la vida.

Tu puntuación:

11

31

Pan y Literatura. 

Roberto Ulaje

02/07/2024

Todo conforma nuestra existencia: un trozo de pan , una obra literaria, la memoria y el olvido.

Tu puntuación:

11

200

«El Pan y el Hambre» 

El pan, ese alimento simple y esencial, se hornea en la mañana o en la tarde, desplegando un aroma de encanto por doquier; va trazando esa invisible carretera que llega a los hogares, avisando de la salida del horno de ese mítico y esperado mendrugo: cálido, tostado y esponjoso. Dejando en la mente de aquellos...

Tu puntuación:

11

46

CON LAS MANOS EN LA MASA 

NOEMI BENGOA

28/07/2024

CON LAS MANOS EN LA MASA Fue por pan, pero la panadería de doña Irene, era un caos; su hijo Abel que era muy joven estaba todo untado de harina, amasando con mucha dificultad el pan, que estaba muy retrasado. Doña Irene se justificaba con sus clientes que su vecina se había marchado con su panadero, porque quería un hombre que la amase, por lo cual su hijo inexperto, estaba tomando su puesto. Para no esperar, Cándida se arremangó las mangas de su blusa, y se puso a ayudar a Abel. Iban mesclando harina, levadura, sal y agua. Golpearon la masa con todas sus fuerzas hasta quedar sin aliento y cuando esta ganó elasticidad, trabajaron formando una bola, y luego la aplastaban dándole forma. En ese proceso de arrancar la masa él jaló la mano de ella, y se entrelazaron sus dedos unidos con la masa, se miraron a los ojos. Se horneó el pan e Irene pudo ofrecer su agradable y hermoso pan, más suave que nunca. Cándida quedó muy impresionada. - ¡Qué curioso, cuanto más se golpea, más suave se pone la masa! A partir de entonces, Cándida, se daba sus escapadas para ayudar a amasar y ganarse sus propinas de doña Irene, ya que sus padres no veían con buenos ojos este oficio. - ¿No puedes aspirar a algo mejor que hacer pan?, le habían expresado. Cándida de niña jugaba a la panadería, amasaba tierra con agua y horneaba en una olla vieja hecha de barro cocido, puesta de costado. Sus compañeras, la miraban con desdén, tendrá feas manos, cuchicheaban, pero ahora tenía la oportunidad de amasar de veras el pan. Cierto día, al llegar al horno, encontró a Abel sentado. Cándida sin más le preguntó. - ¿Qué le había sucedido?, Él le mostró, la pantorrilla, había salido a vender pan porque no le gustaba amasar y un perro le había plantado los caninos. Le pidió que le sacara a caminar pues toda la semana estaba sentado. Ella asintió y salieron a la calle. Abel se apoyó, la abrazó, ella quedó cogida pero no dijo nada, pues pensó que era la forma de apoyarse. Más sorprendida quedó, cuando una joven apareció ante ellos e increpó a Abel. ¡Así te quería coger “con las manos en la masa”!. Antes que fuera agredida por la furiosa muchacha, Cándida escapó, dejando caer al mordisqueado, quien alegaba que no era como creía. Días después Abel la encontró a la salida del colegio, explicando que ella había llenado su corazón, más lo otro solo había sido una ilusión pasajera. Cándida estaba clara con sus sentimientos, no era momento para una relación amorosa, con la amistad era suficiente. Ella buscaba ser útil y no ser carga, que tan solo lo lograría con trabajo, aclaró que seguiría yendo a la panadería por esa razón y no por otro interés. Así lo hizo, hasta que una tarde la madre de Cándida llegó a la panadería cuando la joven estaba en toda su jornada, iracunda le gritó, _ ¡Te encontré con las manos en la masa! - Mamá, comerás el pan con el sudor de tu frente el mismo Dios lo ordenó, y eso hago. La matrona respondió, - ¡lo prefiero con mantequilla, no con sudor! ¡guácala! La joven salió corriendo muy avergonzada y no regresó más. Solo supo que Abel había marchado a la capital para estudiar en una gran universidad, ella sentía su fracaso por no hornear y cada vez que pasaba el cartero, su ensueño era recibir noticia de Abel; más quedaba desencantada. Pasó el tiempo, los días del pan suave quedaron en el olvido, a más que doña Irene partió a amasar el pan Divino. Alguien le dio el dato que en cierto mercado vendían un pan muy suave. Así que Cándida estaba ahí, buscando con la mirada divisó un panadero con una gran canasta, se acercó y tomó una pieza de pan para probarlo, era realmente suave como las caricias, lo deleitó, más cuando se disponía a pagar, el panadero desapareció. _Me cogiste “con las manos en la masa”, decía la carta que le llegó a Cándida. _Soy Abel me escondí de vergüenza, no concluí los estudios y retomé la panadería de mi madre. Ahora soy un panadero mediocre…a pocos le gusta mi pan, prefieren el pan picante, pan erótico, pan romántico y le refería, como le había extrañado todo ese tiempo que ella era su novia eterna… Ella respondió. -El pan y el amor son semejantes he aquí la receta para sacar el mejor pan. Ingredientes: 1 kilo de decisión. ½ kilo de sinceridad. ¼ de kilo de paciencia. un litro de trabajo. una pisca de sacrificio. 100 gramos de fe. Coloca en un bol el kilo de decisión para determinar si tu pan nutrirá o solo engordará, es decir si vas a escoger amar o jugar con los sentimientos. Mescla con la sinceridad, a fin de reconocer tu capacidad para sacar un buen pan. Es decir ¿amas de verdad?, o recurres a palabras vacías, sutiles para lograr lo que enfermará. Poco a poco añade paciencia, pues todo lo que se hace con aguante tiene un comienzo y un final feliz, y habrás logrado superar el fracaso. Afirma la masa con el litro de trabajo, pues cuanto más esfuerzo, sin mirar quien da más o quien menos, darás de comer a muchos, porque ya no son dos sino uno. La masa solo es una, aunque salgan muchos panes, y cuanto más se tolera más se valora, pues el amor es sufrido por lo cual la pisca de sacrificio leudará y elevará el amor a la altura de la inmolación. El verdadero amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Con esa fe de sacar el mejor pan, confía que serás feliz cuando todos estos ingredientes se mezclen totalmente. No pensando en ti mismo, sino en los demás, por que el pan siempre será pan y el amor nunca dejará de serlo.

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11

71

pan en la luna 

camilo celis

17/06/2024

Para sincerarme un poco, el pan ha sido durante mis 30 años de vida un alimento esencial; el pan no me hizo crecer, tampoco me fortaleció en momentos de tristeza, ni tampoco me contuvo en momentos de desesperación, y no, porque cabe decir que el pan no es para eso, si hay alimentos que consuelan...

Tu puntuación:

11

146

El pan de estrellas 

Trinity De Pérez

22/07/2024

En un pequeño pueblo entre colinas verdes, los hermanos Laura y Pedro regentaban la panadería «El Pan de la Abuela», nombrada en honor a quien les enseñó el arte de la repostería, su abuela. Cada amanecer, el aroma de pan recién horneado atraía a los habitantes del pueblo a su tienda. Laura destacaba en postres,...

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11

33