Historias del pan 2 II concurso de microrrelatos. Revista PAN, Talleres de escritura creativa Fuentetaja

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Historias del pan 2

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Creación del pan 

Empecé a hacer pan porque era más barato conseguir la harina y elaborarlo en casa que comprarlo en la panadería. Entre la inflación y los bajos salarios, el dinero casi no alcanzaba para pagar una barra de pan cada día. Mi padre medía los ridículos incrementos salariales o los pesos que caían de sorpresa en...

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14

76

Los sentimientos del pan 

Mila Clemente

14/08/2024

Caminaba sin rumbo cuando ese olor invadió mis sueños. Era pan recién horneado, el que envolvió mis peores sentimientos. Así comenzaron a marchar, poco a poco, sin prisa, para calmar mi decaído corazón. Como se suele decir; «las penas con pan son menos penas».  Un trocito de pan probé y con su sabor mis ojos avivaron...

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14

76

El Horno 

Noah Liberman

04/07/2024

Tenía tantas horas sentada que su espalda se empezaba a confundir con la silla, sus ojos estaban hinchados por la cantidad de tiempo frente a la pantalla. En ese punto se le había olvidado como era la luz del sol y hablar con personas reales. Hacía meses o ya creía que años que vivía de...

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7

75

El pan de mi abuela 

Tengo recuerdos vagos, recuerdos que, aunque borrosos y distantes son amenos y alegres. Recuerdo estar carajillo, siendo temprano en la madrugada, y escuchar a mi abuela palmeando tortillas en la cocina, haciendo la masa para el pan de la tarde, preparando el café chorreado para el abuelo. Recuerdo que el reloj no era quien despertaba,...

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17

75

Manos con memoria 

Ese día me despertó un olor familiar. Me levanté con la pereza todavía encima, guiada por aquel aroma sin ser dueña de mis pasos, simplemente persiguiendo un recuerdo lejano. Desde el marco de la puerta vi a mi madre y a sus grandes manos limpiando los restos de harina que quedaba en la encimera. Me...

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52

75

Manos cervantinas 

Miguel Palacios

31/08/2024

En un rincón de la vasta Andalucía, de cuyo nombre quisiera acordarme pero me es impreciso, vivió un buen hombre llamado Manuel, hijo de un honrado panadero que, como su padre antes que él, se ganaba la vida transformando el modesto trigo en el más sabroso pan que jamás haya cruzado labios de hombre o...

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46

75

La Deshumanización y la Violencia Institucionalizada en «La ciudad y los perros» de Mario Vargas Llosa: Un Análisis de la Opresión en la Escuela Militar 

Marcial Chavez

14/07/2024

La trama gira en torno a un grupo de cadetes que enfrentan la brutalidad y la deshumanización dentro de una institución militar que busca imponer disciplina y obediencia a través de la violencia. A través de operación La opresión (la opresión es la presencia de la violencia como medio de imposición de poder y control...

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7

74

La escultura de pan 

Ruben Landi

16/06/2024

Desde muy niño, había notado que cada vez que traían el pan a la mesa, las personas parecían hallar la felicidad. Así como se ve, mis abuelos, mis padres y hermanos entraban en lo que para mí era una especie de trance, porque hablaban como cantando, sus voces se traducían en notas musicales, y mientras...

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8

73

La cocina europea 

Bautista Perl

20/08/2024

En el Palacio de Ludwigsburg, existía una cocina, comandada y usada por los cocineros más profesionales. El cocinero más importante era Friedrich Kausler, que había estado cocinando allí hace más de 20 años. Era el favorito de los nobles. Una noche, en la cual la cocina fue cerrada. Unos disturbios se empezaron a escuchar adentro...

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15

73

LA PANADERÍA 

Ana Tardón

17/06/2024

Me despierto, con esa rara sensación de los sueños muy vívidos, tanto que incluso podía oler la harina en mis manos. Me las huelo. Recapacitas, no, está sonando el despertador, y es martes, vaya, mi peor día de la semana para madrugar sin ganas. Recuerdo ese olor…, levadura, sal, centeno… —Eh, que te quedas dormida...

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14

73

CON LAS MANOS EN LA MASA 

NOEMI BENGOA

28/07/2024

CON LAS MANOS EN LA MASA Fue por pan, pero la panadería de doña Irene, era un caos; su hijo Abel que era muy joven estaba todo untado de harina, amasando con mucha dificultad el pan, que estaba muy retrasado. Doña Irene se justificaba con sus clientes que su vecina se había marchado con su panadero, porque quería un hombre que la amase, por lo cual su hijo inexperto, estaba tomando su puesto. Para no esperar, Cándida se arremangó las mangas de su blusa, y se puso a ayudar a Abel. Iban mesclando harina, levadura, sal y agua. Golpearon la masa con todas sus fuerzas hasta quedar sin aliento y cuando esta ganó elasticidad, trabajaron formando una bola, y luego la aplastaban dándole forma. En ese proceso de arrancar la masa él jaló la mano de ella, y se entrelazaron sus dedos unidos con la masa, se miraron a los ojos. Se horneó el pan e Irene pudo ofrecer su agradable y hermoso pan, más suave que nunca. Cándida quedó muy impresionada. - ¡Qué curioso, cuanto más se golpea, más suave se pone la masa! A partir de entonces, Cándida, se daba sus escapadas para ayudar a amasar y ganarse sus propinas de doña Irene, ya que sus padres no veían con buenos ojos este oficio. - ¿No puedes aspirar a algo mejor que hacer pan?, le habían expresado. Cándida de niña jugaba a la panadería, amasaba tierra con agua y horneaba en una olla vieja hecha de barro cocido, puesta de costado. Sus compañeras, la miraban con desdén, tendrá feas manos, cuchicheaban, pero ahora tenía la oportunidad de amasar de veras el pan. Cierto día, al llegar al horno, encontró a Abel sentado. Cándida sin más le preguntó. - ¿Qué le había sucedido?, Él le mostró, la pantorrilla, había salido a vender pan porque no le gustaba amasar y un perro le había plantado los caninos. Le pidió que le sacara a caminar pues toda la semana estaba sentado. Ella asintió y salieron a la calle. Abel se apoyó, la abrazó, ella quedó cogida pero no dijo nada, pues pensó que era la forma de apoyarse. Más sorprendida quedó, cuando una joven apareció ante ellos e increpó a Abel. ¡Así te quería coger “con las manos en la masa”!. Antes que fuera agredida por la furiosa muchacha, Cándida escapó, dejando caer al mordisqueado, quien alegaba que no era como creía. Días después Abel la encontró a la salida del colegio, explicando que ella había llenado su corazón, más lo otro solo había sido una ilusión pasajera. Cándida estaba clara con sus sentimientos, no era momento para una relación amorosa, con la amistad era suficiente. Ella buscaba ser útil y no ser carga, que tan solo lo lograría con trabajo, aclaró que seguiría yendo a la panadería por esa razón y no por otro interés. Así lo hizo, hasta que una tarde la madre de Cándida llegó a la panadería cuando la joven estaba en toda su jornada, iracunda le gritó, _ ¡Te encontré con las manos en la masa! - Mamá, comerás el pan con el sudor de tu frente el mismo Dios lo ordenó, y eso hago. La matrona respondió, - ¡lo prefiero con mantequilla, no con sudor! ¡guácala! La joven salió corriendo muy avergonzada y no regresó más. Solo supo que Abel había marchado a la capital para estudiar en una gran universidad, ella sentía su fracaso por no hornear y cada vez que pasaba el cartero, su ensueño era recibir noticia de Abel; más quedaba desencantada. Pasó el tiempo, los días del pan suave quedaron en el olvido, a más que doña Irene partió a amasar el pan Divino. Alguien le dio el dato que en cierto mercado vendían un pan muy suave. Así que Cándida estaba ahí, buscando con la mirada divisó un panadero con una gran canasta, se acercó y tomó una pieza de pan para probarlo, era realmente suave como las caricias, lo deleitó, más cuando se disponía a pagar, el panadero desapareció. _Me cogiste “con las manos en la masa”, decía la carta que le llegó a Cándida. _Soy Abel me escondí de vergüenza, no concluí los estudios y retomé la panadería de mi madre. Ahora soy un panadero mediocre…a pocos le gusta mi pan, prefieren el pan picante, pan erótico, pan romántico y le refería, como le había extrañado todo ese tiempo que ella era su novia eterna… Ella respondió. -El pan y el amor son semejantes he aquí la receta para sacar el mejor pan. Ingredientes: 1 kilo de decisión. ½ kilo de sinceridad. ¼ de kilo de paciencia. un litro de trabajo. una pisca de sacrificio. 100 gramos de fe. Coloca en un bol el kilo de decisión para determinar si tu pan nutrirá o solo engordará, es decir si vas a escoger amar o jugar con los sentimientos. Mescla con la sinceridad, a fin de reconocer tu capacidad para sacar un buen pan. Es decir ¿amas de verdad?, o recurres a palabras vacías, sutiles para lograr lo que enfermará. Poco a poco añade paciencia, pues todo lo que se hace con aguante tiene un comienzo y un final feliz, y habrás logrado superar el fracaso. Afirma la masa con el litro de trabajo, pues cuanto más esfuerzo, sin mirar quien da más o quien menos, darás de comer a muchos, porque ya no son dos sino uno. La masa solo es una, aunque salgan muchos panes, y cuanto más se tolera más se valora, pues el amor es sufrido por lo cual la pisca de sacrificio leudará y elevará el amor a la altura de la inmolación. El verdadero amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Con esa fe de sacar el mejor pan, confía que serás feliz cuando todos estos ingredientes se mezclen totalmente. No pensando en ti mismo, sino en los demás, por que el pan siempre será pan y el amor nunca dejará de serlo.

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11

73

Panvida 

Farid Alejandro

27/08/2024

En una vida, un niño, y su padre con problemas de ira, hacia la vida, y ante todo al niño. En una mañana, entre pobreza, el dinero, y el afecto de cariño hacia un niño de 12 años. Sumergidos en la miseria, el niño consiguió un pan, solamente uno para poder desayunar en la mañana....

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15

73