Nunca imaginó que los besos supieran tan normales, a pastillas de eucalipto.
Pero el arte lo cambia todo, lo eleva a un contexto diferente y lo recuerdas con metáforas de amor.
De repente la vida cambio.
Tuvimos que aprender a estar distantes.
Y vuelvo al arte:
Entre el beso dorado y luminoso de Klimt y el aterrador apocalíptico de Magritte; yo pintando el patio escuchando eso de Aute: «tus labios parecían de papel».
OPINIONES Y COMENTARIOS