Te conocí una mañana de verano, a mis cortos 5 años, se escuchaba el oliaje del mar, a lo lejos las copas brindar de nuestros padres, dentro de aquella habitación, tan solo disfrutaba recostada de la brisa y arena, entonses en ese encuentro de miradas de inoscencia y dulzura sin saber o pensar, llegaste a mis labios, él, igual de pequeño que yo, nos reimos y jugamos todo el día. Jamás lo volví a ver. Luego querido beso te encontré en la primaria, un par de niños traviesos me sostuvieron de los brazos en contra de mi voluntad , se plasmo algo que no fué lo mejor. Más tarde en mi adolescencia a la luz de la luna en aquel patio oscuro con olor a hierba, llegaba al fín el encuentro más rico y delicioso que antes no habiamos tenido, fue tierno, acompañado de inoscentes caricias en la cara y en los brazos, entrelazamos las manos, hubo un encuentro de miradas y continuamos, despues de cada encuentro me llevaba un gran sabor y una sensación de elevarme en cada paso que daba, solo me duro unos meses.
Años mas tarde llegabas a mí, y mis sensaciones cambiaban, mi adicción a ti crecía, me causabas gran serenidad, gran satisfacción y me llenabas de locura.
Te experimentaba en todas sus maneras y formas que me venian en la cabeza, llegabas a mí en variedad de sabores y olores.
Pero algo malo llegaba a mí una adiccion más fuerte que tú, algo que no controlaba y casí me llevó a la muerte.
Al salir de esa moutrosa adicción tuve secuelas, que me impidieron ya no poder tenerte ya no poder disfrutarte. No sabes cuanto te ansio y te extraño querido beso, si tan solo te ubiera tenido solo a tí como mi única adicción, como mi única loquera, te tuviera aquí siempre, sintiendo el gran sabor, sintiendo la gran sensación que en mí causabas. Pero ahora solo me queda esta enorme desesperación de no tenerte, mi gran beso.
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