Los chicos de su salón la consideraban rara, nunca había tenido un novio, no era como las demás, ella no quería besar sapos hasta llegar hasta su príncipe azul, esperaba un romance de película o como en sus libros favoritos, quería un amor único, conexión de alma y espíritu, el famoso clic al cruzarse las miradas, un beso mágico de aquellos que al suceder hacen que cierres los ojos, que sus labios se usan como dos piezas de rompecabezas destinadas a encajar desde antes de su nacimiento, un beso que al suceder se vean fuegos artificiales dentro de su cabeza, un beso suave, donde el acariciaría su cuello o tomara su barbilla entre sus largos dedos, o envolver sus mejillas entre las palmas de sus manos tibias y suaves, un beso con delicadeza, frágil y apasionado, tierno e inesperado, con cuidado como si ese momento pudiera romperse con el primer roce de aire fresco.
Eso quería ella, un beso de novela clásica, la chica ratón de biblioteca, la extraña que solo tenia la nariz metida entre libros de romance y fantasía, soñando despierta con un beso con la mirada como Romeo y Julieta, uno suave en sus manos, y apasionado en los labios, el beso entre Hermione y Ron en medio de la batalla de Hogwarts, un beso que espero paciente siete años, velando por el amor en forma de amistad hasta que logro florecer, un beso como el de Percy Jackson y Annabeth tras una roca cuando peleaba contra un Titán, lleno de ternura y temor a perderse el uno al otro, el beso de Eleonor y Park, ambos tan distintos, pero ambos con la música en común, un amor inesperado pero sincero, un beso como el de Anne y Gilbert, un amor infantil que fue madurando a lo largo de los años, un beso verdadero.
Uno de los chicos la notaba y la seguía, la admiraba de lejos, la admiraba de cerca, sonreía cuando la escuchaba contar con tanta emoción cada una de las historias de sus libros preferidos, ella lo veía como un amigo querido, el sentía algo mas, aunque fuera diez años menor que la damita, sabia que era amor verdadero.
Saliendo de clases la escucho como de costumbre y la detuvo en la esquina, la miro, ella bajo la mirada, el se acerco a sus labios y la beso con torpeza y con violencia, ella sintió espanto y una lagrima amenazo con rodar por su mejilla si no salía corriendo, se aparto, se despidió de el disculpándose por tan vergonzoso momento pues no fue lo que ella soñó.
Lloro, su primer beso fue todo lo contrario a sus libros favoritos, no vio fuegos artificiales, no escucho música en su cabeza, no fue delicado, fue todo lo contrario, sentía que habían violado su sueño, que sus labios ya no eran puros, un amargo sabor a tabaco en ellos, un corte en el labio inferior, dolor, y tristeza, amargura, se sentía sucia, ella no lo amaba, no.
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