Aquel beso fue de despedida, y Kristen lo sabía. Duró unos segundos pero permaneció toda la vida.  Frunció el ceño, y, apretando los dientes, cerró los ojos, resistiendo. Sabía que tenía que dejarla ir. Sabía que su amada, su querida Melania, se marchaba de este país.

-Tienes que ser fuerte ante las adversidades, te ponen a prueba, ¡supéralas! Volveré, algún día volveré, te lo prometo.- le susurró al oído con su dulce voz.

Respiró profundamente, intentando aliviarse. Sin ella, se sentía extrañamente solo. Melania se subió lentamente al coche, donde le esperaba su familia. El coche arrancó.

-¡Melania, espera!- gritó Kristen fuera de sí.

Llegó agitadamente  hasta donde se encontraba el automóvil.

-Toma- dijo. entregándola un collar, con dos símbolos de infinito entrelazados.

¡Oh! Gracias, Kristen. Es muy bello.

Se volvieron a besar apasionadamente.

Kristen observó con pesar cómo el coche se alejaba. Suspiró con resignación. Volvió a casa, cabizbajo, y para terminar de fastidiar el día, empezó a llover. Se cubrió con la capucha y empezó a correr. 

Durante el trayecto en autobús hasta su casa, su rostro permaneció triste, nostálgico. Se pegó a la ventana tratando de escudriñar la noche. Cuando apareció en casa no dio las buenas noches. Se tiró en la cama, todavía con la ropa mojada y se puso a reflexionar.

Entonces, en un lugar de su mente, le vinieron las palabras de Melania, nítidas: -Tienes que ser fuerte ante las adversidades, te ponen a prueba, ¡supéralas!

De súbito, Kristen lo entendió y empezó una motivación inesperada: Todo pasa, y Melania volverá. «Más vale ahogar el tiempo en buenas acciones y motivación que en pena y amargura» pensó. Los siguientes días pasaron con increíble fluidez y facilidad. El buen humor reinaba en la vida de Kristen y se sentía bien. El día de la vuelta de Melania aún era indefinido, pero él sentía que estaba cerca.

Pasaron los días, las semanas, los meses.

Cuando los ánimos de Kristen ya decaían, notó algo diferente en el aire, una mejora. Divisó al otro lado de la acera una muchacha con un collar de aspecto peculiar. Sonrió. Era Ella.

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