Beso envenenado.

Quisiste llamar  mi atencion desde el minuto 1.

Empezaste a comportarte como un chiquillo.

Deberias, querido, quizas saber que las hembras  nos comportamos mejor que vosotros.

Y empezaste con la tonteria del » dame un beso».

Ya estamos con la  bobada, gallego.

Y yo, por supuesto, ni caso.

A mi puta bola.

Dame un beso, repetites, tozudo.

No me interesas, chaval.

Y tu dale que te pego, intentando acercarte mas a mi.

Y yo, displicente y languida, tomando el sol y bronceandome.

Y sin hacerte caso.

Eso hizo  que te interesaras todavia mas en mi.

Yo sabia que te tenia  a mi merced desde ese mismo momento.

Y dale con el palique.

Yo ni caso. Ni me moleste en contestar a tus burdas  proposiciones machistas.

Sigo al sol.

Y me dices que  soy fria.

Y que soy displicente.

Y me dices que «te  hago la cobra».

Que no te importo.

Al final, lo conseguiste.

No te bese, te mordi.

Con ganas.

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Ha tenido usted suerte, boludo.

Y le debe la vida a los argentinos.

¿Me lo explica¿

Si, este suero antiofidios es del Instituto Biologico Argentino.

Usted es afortunado amigo.

  No juegue mas con   ofidios.