La historia de Ariadna

La historia de Ariadna

Nemrac Pallas

14/04/2021

‘’Ariadna se llamaba’’

salida de la
‘’Nada’’

Ariadna, una chica,
inteligente, luchadora, desde bien pequeña tenía las ideas muy
claras, como iba ha ser su vida, cuando jugaba con sus amigas y
amigos, les decía, cuan yo tenga hijos, comerán galletas y
caramelos, debido a la escasees que avía en su casa, tenía la
comida limitada, por ser sus padres muy pobres, y ademas doblemente
pobres, no solo de dinero, sino que les acompañaba la enfermedad de
su padre, que des pues de venir de la guerra, con ulcera de estomago
sangrante, lo imposibilitaba, y tenía que estar ingresado en él
Hospital para su recuperación, y claro él era él sustento de la
casa, pero Ariadna no lo entendía, ella veía que sus compañeros de
cole y de juegos, vivían de forma diferente, y se preguntaba porque
nosotros somos diferentes, no comemos galletas y caramelos, pero
cundo tubo doce años, se fue dando cuenta de las necesidades que
avía en su casa, y ella misma le pidió a su madre, de contribuir al
sustento de la casa, ya que era la mayor de seis hermanos.

Ariadna se apunto ha
una escuela nocturna , y por él día, le ayudaba ha la señora
Dolores, señora muy mayor, que vivía sola, llena de dolores en las
piernas y artrosis en las rodillas, ha consecuencia de tanto dolor
las tenía desformadas. Ariadna, le hacía los que aceres de la casa
y le iba ha lavar la ropa al rió, pues era él lavadero que avía en
la aldea, pero, por lo meno percibía una pequeña compensación pare
la ayuda de su casa, porque dicho sea de paso, la señora Dolores
recibía una pequeña pensión del Estado, de su cotización por su
trabajo.

Y así paso, ha ser
adolescente, la Ariadna, ya avía muchos mariposados alrededor

que la revoloteaban,
porque era de buen ver, una morena de ojos verdes, y cabello asta la
cintura, pero ella, no quería ningún compromiso, porque des bien
pequeña, tenía las ideas bien claras, y cuanto mas mayor se hacía,
mas claras se le hacían, no se iba ha quedar en la aldea, pero se
lo tenía que plantear ha sus padres y ala señora Dolores.

Cuando cumplió los
dieciocho años, se lo planteo a sus padres, y ellos no estaban de
acuerdo, con los peligro que hay por ahí tu sólita sin nosotros que
va ser de ti, pero no la pudieron convencer, ella tenía su idea
fija.

Bueno ahora le
quedaba la señora Dolores, con lo mala que estaba, de sus piernas y
lo mayor que era, le avía cogido cierto cariño, ala buena señora,
pero se trataba de su futuro, y tenía que escoger y empezar de la
nada.

Ariadna, con su
mayoría de edad, en él bolsillo y su maleta de cartón, coge rumbo
hacía una extraña Nación, con la extrañeza de los suyos, se
recordaba de sus padres, de la señora Dolores, de sus amigos y
amigas, de las veces que iba a lavar, al rió, por su cabeza se le
pasaban los recuerdos como si fuesen películas.

Llega ha su destino,
y se hospeda en un Hotel mientras, no organiza su vida, coge unos
días sabáticos, para ver como, se iba ha plantear su vida, mientras
tanto se hizo amiga de una compañera que también se hope-daba en él
mismo hotel, llega él día, que se le acaba él dinero, y se plantea
ir a buscar trabajo, y lo consensuá con su nueva amiga, y la amiga
le dijo, yo trabajo en una capitaliza-dora de relaciones publicas,
ami me ascendieron ha inspectora, y tu puedes quedar en mi lugar
mientras no encuentres otra-cosa.

Ariadna, vio él
cielo abierto, se decía pero que suerte la miá, se decía nada mas
llego ha esta ciudad y ya tengo trabajo, no esperaba que le faltaban
una serie de requisitos, como esa-menes de inteligen-cía y un tes de
coeficiente, ella no en tendía de nada y menos de coeficiente.

Pero de todo salió
brillante, y mas del coeficiente que saco 141, y de alegría va
corriendo ha contárselo a su amiga, eso pensaba, cuando le dijo él
resultado delas notas, y mas él coeficiente, le dijo, no no no-puede
ser que una aldeana, saque mejores notas que yo, que soy de la
ciudad. Y ella le responde.

Para mi, es un
orgullo a ver nacido en una Aldea, no tengo dinero pero si, tengo
corazón, me encuentro entre la gente que no tiene falsedad, no le
gusto lo que le dijo, la que creía que era su amiga, por eso al
anochecer, se fue ha dar un paseo sola, cuando de repente se
encuentra en un parque, y se puso ha pensar como si estuviera
soñando, y empezó ha tararear como una canción que ella, no tenía
ni idea simplemente era para desahogarse del berrinche que avía
tenido con susodicha amiga, y decía así, me-gusta él camino de la
noche para que me alumbren, las Estrellas, y poder hablar con mi
sombra, que de día, y de noche es mi fiel compañera.

Ella estaba
ensimismada en sus pensamientos, cuando de repente escucha una voz ha
su lado, y le decía, hola buenas noches, esta vd tomando él fresco,
como fue educado, no dudo en respondedle, y no tubo mas remedió que
acetar, y respondedle, si si con él canto de los grillos es lo mas
relajante, y en esta noche de luna clara se esta maravillosa-mete
bien, y, así fuero entablando una conversación, él le dice es vd
de aquí, no no acabo de llagar ha esta ciudad, en este momento estoy
viviendo en un hotel mientras no encuentro alojamiento y trabajo, él
le hace sus recomendaciones como es novata, y así se despidieron
asta una nueva ocasión, encantados los dos por a verse conocido, y
se fueron cada uno por su lado, ella se fue ha su hotel, con él
pensamiento en sus dos ideas que tenía, una era ser diseñadora y la
otra poner un comedor social, no para darle galletas y caramelos,
como de pequeña las echaba de menos por la necesidad de sus padres.

Ella tenía una
idea, su plan era enseñarles, ha esas personas, de que manera ellas
mismas se podían defenderse, sin humillarse ante la caridad, porque
si algo le ofendía, Ariadna era ver gente joven y con salud,
haciendo colas en esos se-vicios sociales, que avía

solo por la pereza
de no buscarse ellos la forma de buscarse la vida sin pedir caridad,
en las grandes ciudades hay infinidad de formas para sobre vivir.

Pero ella, seguía y
añoraba a sus padres, y a su señora Dolores, aunque tuviera deseo
de galletas y caramelos.

Al día siguiente,
la llaman para trabajar en la capitaliza-dora, se puso muy contenta,
ha pesar de tenerle que ver la cara de la Rosa-rió que, ha si se
llamaba su amiga, bueno su primer día muy contenta, sus compañeras
y compañeros la trataban muy bien, le daban confianza para que se
Integrara y sintiera ha gusto, menos la que decía ser su amiga, se
sentía recelosa, de la Aldeana, estaba cogiendo protagonismo, en él
trabajo, cuando un día sin darse cuenta, encuentra una cara familiar
que no sabia de quien se trataba, estuvo pensando, y pensando y no
caía de quien se trataba, asta, que un buen día, él trato de
acercarse ha ella, y la saludo, no te acuerdas de mi soy Juan, él
chico del parque, claro, como era de noche no te recuerdas, hay Juan
perdona, pero eso sería la noche, ha pesar que me gusta él camino
de la noche y que me alumbren las Estrellas, y poder dialogar con
ellas. Ahora mismo no se acordaba de él

Yo me llamo Ariadna,
trabajas aquí le dijo él, si, yo e empezado estos días, ahora me
queda por organizar mi vida, buscarme una pensión, para poder estar
mas tranquila.

Ala mañana
siguiente se va ha buscar la pensión, con lo cual encuentra una,
llamada la pensión de las cuatro esquinas, era un bloque que estaba
destinado, la parte de abajo ha un restaurante y los pisos ha
pensión, des pues de transcurrido unos días en la pensión le
proponen, con motivo de tanta faena que tenían, si en las horas
libres le podía hecha una mano, ella le hace-to pero para ayudarles
en la cocina.

Porque ella tenía
la idea clara de su comedor social, y era una forma de practicar,
mientras tanto Juan la ronroneaba, la invitaba ha salir ha pasear al
parque, pero ella le dejo bien claro, desde él primer momento, su
intención de su comedor social, o mejor dicho escuela social, y lo
que quería ser en la vida, mientras tanto ella se tenía que
apuntarse en una academia no-turna, para estudiar diseño. Al cabo de
los meses empezó, ha ir ha clase de diseño, ella muy contenta, ya
estaba progresando muy bien, y pasado un par de años, se le puso ha
contar ha los dueños del bar, su nueva aventura, se lo dijo un poco
recelosa, porque no sabía su reacción, y como iban a reaccionar.
Pero des pues de pasar él trago, o él mal trago, después delo
dicho, no solo le gusto la idea que incluso, se ofrecieron ayudarla
si le hacia falta.

Ella muy agradecida,
les dijo, si me viera necesitada se lo agradecería, mientras tanto
ahí-que empezar ha trabajar,

Empezando por
imaginar su planteamiento, como iba afrontarlo, y ella misma se
decía, de las cosas buenas no es merito-rió, porque las cosas ya
son buenas, lo difícil, es que, de cosas que no son tan buenas,
sacar cosas excelentes.

Pensó ha
plantearse, tengo que buscar ayuda, no material, sin no personal que
le echaran una mano para poder comenzar su trabajo Social, lo primero
ir, ha donde se reunían estas clases de personas o marginados,
exponerlo él caso, y formar cuadrilla que puedan ir ha merados o
súper mercados,y decirle que son de un comedor social, o mejor dicho
una escuela social, se trataba de enseñarles como se podían
defender, sin tener que ir ha servicios sociales o bancos de comida,
y solicitarle, que los desperdicios que tiran, como cabezas de
pescado o espinas se las guardaran para hacer consumé o sopas, y,
con la carne croquetas canalones, y otras cosas mas, y otros
voluntarios, ha ir a tiendas de pollos, ha recoger carcasas de pollo,
que abecés las tiran, y hacer lo mismo que con él pescado, y así
ala vez hacen obras de caridad, al mismo tiempo, de manera que lo que
tiran, puedan beneficiarse gente que no tienen ni para comer, sin
necesidad de ir a buscar ha los bancos Sociales, siempre que dichas
personas sean jo-benes, o mayores, dentro de sus posibilidades están
contribuyendo.

Le salieron muchos
voluntarios, y con la ayuda de su, enamorado él Juan, emprendieron
la lucha,

primero buscaron un
par-que, de esos que tienen barbacoas para poder cocinar y mesas para
comer, siempre y cuando no lloviera, so no se fastidiaba la cosa,
viéndose así obligados a alquilar un local debido al éxito.

la Ariadna, y él
Juan, estaban muy contentos, de ver que sus ilusiones se estaban
realizando, porque cada día tenían mas y mas clientes, ella loca de
contenta se decía, no me lo puedo creer, que yo ayá salido de la
nada, y este haciendo obras sociales.

Se lo tengo que
decir a mis Padres, y ala señora Dolores, le decía ha su Juan,
veras que contentos se pondrán.

Pero le quedaba la
otra ilusión por cumplir, sacar, lo de diseñadora, pero como era
muy trabajadora, lo iba combinan-dolo, pero aun le quedaban tres
años, para terminarlo, pero ella se recordaba de aquella amiga
Rosa-rio, que decía que las Aldeanas no podían ser tan
inteligentes como ellá que era de la ciudad.

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