CARNAVAL EN EL CENTRO DE DÍA

CARNAVAL EN EL CENTRO DE DÍA

Maribel Torija

14/04/2021

Martes, 23 de enero de 2018

_Hace un calor. Pegaba el sol en el coche.

_¿Has pintado hoy?

_Una cosa que tenía empezada del otro día, pero, como hay que pintar tantas cosuchas, rincones y demás, me he cansado y no he pintado más.

Algunos no van todos los días. El que iba sentado a mi lado en la furgoneta no va a diario. La que va todos los días es Amanda, la vasca, y otra que es una pitiminí. Me parece que se llama Juana. No sabe bajar de la furgoneta. El caso es que luego anda lista, pero no atina a poner los pies en el suelo.

Ha ido una nueva. Empezará a ir a primeros de mes.

_Pero ¿ha comido allí?

_No, si hasta primeros no se incorpora. Habrá ido a probar.

El primer día le pregunté a Rosalía, como comemos en la misma mesa, que si tiene marido. Se fue con otra, me contestó. «Pues con lo alta y buena moza que eres no sé como te dejó».

Hace poco tiempo le dio un ictus y lo amparó, pero no le pesa porque tiene hijas con él. «Y ¿vive? -le pregunté.

«Si vive, pero no sé ni donde está ni donde no»-

«Pues ¿Cómo tienes casa en Cuenca?

«Porque mi marido es de Cuenca. Mi hija vive allí, pero yo soy de Cuatro Caminos».

-No sé si se hicieron novios en Madrid o qué.

La gorda se llama Ascensión. Sé que estaba gorda porque contó que había pesado muchos kilos y le hicieron una reducción de estómago.

Cuando voy al centro de día por la mañana, voy viendo el paisaje. Trastean mucho con la furgoneta. Dan vueltas pacá, pallá. Hay muchas casas. Algunas son malas. pequeñas, bajitas. Ha tenido que haber mucho trabajo en la construcción durante todos esos años.

Lunes, 29 de enero

_Ha faltado la que le dio un puntapié a la vasca por debajo de la mesa. Se llama Luz Verde.

_Pero ¿se llama así?

_Sí: Luz de nombre y de apellido Verde.

_Como el semáforo -dice mi hermano.

_No ha ido porque está algo mala. Pues estos días de atrás estaba bien lista, con ganas de bailar. Tiene 73 años. Le hacen eso que le hacían a padre. el SINTROM porque padece del corazón. 

He venido sola en la furgoneta con una que vive por San Vicente. Tarda en salir por la mañana. La tienen que llamar antes para que se levante porque sus hijos están trabajando.

La vasca se baja la primera. Va atrás con la pitiminí que va muy pintadita. Va todas las semanas a la peluquería. Se parece a la Catalina del pueblo, que tenía tipo fino pero no valía nada. Creo que se llama Juana. Baja su sobrina a buscarla.

El hombre de la visera no sé cómo se llama. Es muy popular. Dice que conocía al marido de la mujer de San Vicente, pero, vamos, se moriría hace tiempo. La mujer está muy vieja. Debe vivir sola.

Martes, 30 de enero

_Hoy no venía a tu lado tu compañera _le digo.

_Venía un hombre tiritando. Debe tener gripe.

_A ver si te la va a contagiar.

_Al salir del centro de día, ha dicho que hacía mucho frío. Pues en el centro de día hacía un calor.

Ahora me lo encasquetan a mí. Decían que si llamaban al médico. Esta mañana estaba bien. Se ha puesto malo esta tarde al montar en la furgoneta.

La terapeuta ha dicho que se ha muerto un hombre que nació en 1904. Pues, ya ves, si vive una tantos años.

-Entonces, ¿te has disgustado por eso?

Nos dan tareas todos los días. Hoy, recortar corazones en una cartulina. Esa vasca, como es más sabia que ninguna. Después de que había muchos corazones hechos, a repasarlos todos, mismamente los míos. Sabe de todo.

Miércoles, 31 de enero

_Miá, esa vasca es acero colao. Todo el tiempo de pie, esperando adentro, no quiere sentarse, no se cansa. Todas las mujeres están lisiadas de las piernas y de to. Vaya suerte que tiene.

Lee, hace crucigramas y punto. Hace de todo. Como esa no hay nadie.

Jueves, 1 de febrero

_Pues no sé hoy. Sólo ha venido la Luz Verde. Esa es la que ha venido conmigo que se baja enseguida. La vasca no la quiere desde el primer día, pero ahora nunca las ponen juntas.

Han ido dos mujeres nuevas.

_Y ¿Cómo eran?

_Más jóvenes que yo. Una tiene 73 años.

Esas no van tan bien peinadas como las otras. La que tiene 73 años, vive en General Ricardos.

La pobre mujer nueva quería hacer sociedad. Yo no puedo hablar mucho porque me duele la garganta.

La vasca ni se ha arrimado a tomar café ni a jugar. Tampoco ha hecho punto.

_Estaría enfadada.

_No sé porque, antes de comer, ha hablado mucho.

Ha dicho cuántos años tiene porque ha preguntado Deme, la directora. Tiene 91. Yo ya me lo figuraba porque un día dijo que en la guerra estuvo en un chalé que tienen en Santander con el más pequeño de sus hermanos.

Viernes, 2 de febrero

_La mujer que va a mi lado en la ruta, va sólo tres días a la semana.

_¿Es la que vive en San Vicente?

_Sí, vive en la calle Antonio Moreno, antes de llegar a San Vicente. Vive sola. Sus hijos están trabajando.

Lleva menos de un mes. Un día tuvieron que dar muchas vueltas por Pelícano para hacer tiempo hasta que saliera de su casa y no dejar el coche estorbando en mitad de la calle.

Hoy hemos jugado al bingo.

_Todos los viernes jugáis al bingo.

_Sí, pero yo me he cansado y he dejado de jugar.

_Tú estás en buena forma parece _le dice mi hermano.

_Y tú ¿Cómo estás? La mujer de Madrid que fue ayer, no ha ido.

_¿La que tiene 73 años?

_Sí

_¿Y te preguntaba mucho?

-Sí, mejor. Así no he tenido que hablar. La otra nueva es de La Mancha. Pero yo no sé dónde está La Mancha.

_En Ciudad Real, Albacete, Toledo. Sara Montiel era de Campo de Criptana, en La Mancha, y Pedro Almodóvar. La tierra de don Quijote, de los molinos de viento.

_La otra es de Madrid. Su padre era de Valladolid y su madre de Zaragoza.

_Consuegra, el pueblo al que fui de vacaciones, es de La Mancha. Había trece molinos de viento. No sabía que Toledo tiene parte de La Mancha.

La que se quitó las medias el viernes pasado ¿por qué se las quitó?

_Ayer andaba también con los calcetines en la mano. Será que le piquen o le hagan ronchas. Tiene que haber sido buena moza, alta y fina, con buen tipo. Anda sin ayuda, pero no sabe ni dónde está.

_Esa ¿es la pitiminí?

_Esa no es la pitiminí. La pitiminí se llama Juana. Esa no se cómo se llama, no he hablado con ella.

 6 de febrero

_Han dicho que vamos a hacer una fiesta de disfraces. Poca gana tengo de disfrazarme. Nos han dado un papel para cortarlo en tiras.

_¿Os habéis disfrazado?

_No, mujer. Como nos vamos a disfrazar hoy, si te estoy diciendo que hemos estado cortando las tiras. Y, luego, una cinturilla más estrecha para poner las tirejas y hacer una falda.

_¿Te van a disfrazar de hawaiana?

_Al cabo ha vuelto la mujer de 73 años. Pero dice que sólo va a ir los martes y los jueves. No sé si no quiere ir más días porque está muy joven.

_Y la vasca ¿tampoco ha ido?

_Sí pero se baja antes que yo. Va sentada delante a mi lado. Ya les tendrá dicho que no la monten con quien no quiere. Hemos venido sin cruzar palabra.

_¿Es que se ha enfadado contigo?

_No sé. Al principio, hablábamos algo pero, ahora entre que no oigo… Y te digo que hace mucho el arreglo porque la mujer de 73 años hoy ha ido de peluquería y parecía otra. Ha ido muy arreglada. Pero es que tienen buen pelo.

_Y en la mesa ¿tampoco te habla?

_No hablamos nada. La noto yo que ya no me hace tanto caso como al principio. Claro que como no oigo, se junta con otras dos más jóvenes que oyen bien. Juegan al parchís y a la oca que tiro porque me toca.

-Pues ella se lo pierde.

-Ascensión, que le quitaron el pecho, come de mala gana. Se conoce que está enferma. No sé si padece del corazón. La hacen el SINTROM. Ha llegado a pesar casi cien kilos, y es de estatura regular. Ahora no sé si pesa 75. Es a la única que oigo hablar algunas veces.

A ese hombre que le dio la tiritera no lo han vuelto a llevar. Estará malo. Ese día hacía calor. Se metió en la furgoneta y le daban unas tiriteras.

Con la que hablo algunas veces, Rosalía, me ha dicho que su yerno se murió de cáncer. Conocían a un médico en el País Vasco. «Tráelo aquí a ver si lo curamos», le dijo a su hija. Su hija ha venido a vivir a Madrid con su madre. Esa mujer es madrileña. Nació en Cuatro Caminos. Ahora vive cerca del centro de día porque se va a su casa andando.

_¿Se va ella sola?

_Por la mañana va en la ruta y por la tarde regresa andando con su hija para estirar las piernas.

La vasca no se cansa de hacer cosas. La que pesaba más de cien kilos, Ascensión, y la que se le murió el yerno, siempre están las tres juntas.

_¿Con esas juega al parchís?

_Sí. Y no se cansan.

_Será que tengan que estar ocupadas.

_Será eso. «Hay que trabajar», dijo un día la vasca. Lee muchas novelas que hay allí.

_Verá bien.

_Tiene buena vista, se conoce. Las tres ven bien. Fíjate con lo mayor que es. Noventa y un años, ya te digo.

Martes, 13 de febrero

Deme, la directora, ha hecho mucha fiesta, lo que ha trajinao. Se ha puesto una capa negra y un sombrero. Otras se han disfrazado con las faldas de tiras que hicimos.

Me han sacado a bailar la Deme y la enfermera. Es tan alta como la terapeuta. Se ha puesto un rabo como los monos. Ha dicho que iban a disfrazarse de los cinco continentes. Y a los hombres les han puesto chalecos de plástico.

A mí me han puesto las gafas que hice. Me hacía daño la goma. Me las he quitado para comer. A la que se le murió el yerno, Rosalía, y a la vasca no las he visto bailar. A la que le cortaron el pecho, Ascensión, se ha disfrazado con mantones y faldas negras largas. Hay personas que, aunque estén enfermas, se ponen tiesas cuando hay fiesta. La Luz Verde se pone a bailar. No le duelen las piernas.

_Voy a ver la máscara que has hecho. Anda, qué chula! Estás hecha una artista del alambre.

_Y ¿para qué queremos eso? Pa estorbo. Han puesto un disco.

_Y ¿habéis bailado?

_No te he dicho que me han sacado a bailar la Deme y la enfermera pero no la conocía porque llevaba una peluca. No sé si llevaba un traje de papel.

Nos han dado muy tarde de comer. Hasta que ha terminado la fiesta y han preparado todo…

Nos han dado dos salchichas fritas.

Pero que dos hombres están allí sentados como morugos y uno anda como las liebres.

_Pero, los que están como morugos, ¿andan como las liebres?

_Uno anda como una liebre para ir al baño. El otro, que va con andador como yo, va más despacio.

El hombre que fue unos días y tiritaba, no ha vuelto.

_Estará enfermo.

_Me contó que había estado ingresado en el hospital. Como hay tanto ruido allí, ahora parece que tengo la cabeza como…

_¿Cómo un bombo?

_Creo que se ha muerto. Pero allí no sueltan prenda.

_¿Enciendo la estufa? _le pregunta mi hermano.

_No tengo frío. Si la quieres para ti. Traigo el calor de allí.

Una de las trabajadoras ha dicho: «Ahora tenemos que hacer todas las cosas de la casa».

-Y tú aquí calentita.

-Mira, tengo las manos calientes.

Nos han dado ensaladilla de primero. Estaría hecha de cuando fuera porque estaba helada. Patatas no sé con que era si con aceitunas.

Y mañana celebrarán San Valentín. Están todos los días de fiesta.

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