4.

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Las palabras mencionadas regresaron a mí unos instantes antes de finalizar mi historia, sin embargo, se reestructuraron a sí mismas y se dejaron ver de la manera siguiente:

Y soy tan suyo como el canto lo es del ave.

es tan mía como el aire que respiro.

porque por más que yo la quiera,

tan solo vivir la vida quisiera,

Ya que hasta ahora no he vivido,

el miedo a aprender.

las reglas sobre la experimentación,

el sexo sobre la amistad,

el éxito sobre la felicidad,

la competencia sobre la fraternidad,

Miedo de nosotros mismos,

lo que les implantaron.

toda su vida han repetido,

Mas mis maestros y mentores,

lo que hasta hoy me han enseñado.

He comprendido, que he querido,

Esta vida no es mi vida.

**Leer de abajo hacia arriba.**

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3.

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Lo cotidiano se empieza a disolver: en un espacio de 3×7 metros, me abro paso entre más de cincuenta pasajeros a mi alrededor y me coloco frente a una persona que está sentada. Estiro mis manos hacia arriba para sostenerme. Inhalo. Mis fosas nasales saborean el aire como si del más delicioso postre se tratara; siento mis dos manos, la sensación de ellas agarrando el tubo y mis antebrazos tensionándose. Exhalo. Existe una intermitencia entre el movimiento de las plantas de mis pies, piernas, cadera y abdomen que me permite mantener el equilibrio ante las aceleraciones y desaceleraciones del vehículo. Cuatro minutos, primera parada; se incorpora a mí la sensacion de un cosquilleo en la cabeza. Siguiente parada, cinco minutos más tarde; el vaivén del movimiento respiratorio me empieza a llenar de una quietud que va en aumento… Ya no es relevante si el camión anda o se detiene. Me siento, no del verbo sentar, sino del verbo sentir. Respiro. Hay personas a mi alrededor, y no los veo, pero los veo. Todo está en calma. Hasta este momento, el camión se ha detenido 7 veces y finalmente llega a la parada en la que bajo.
Vivo aún en este mundo, pero el silencio inunda todos mis sentidos y súbitamente me vuelvo parte de una realidad más oscura y más brillante de la que conocemos.

De aquello, he capturando tanto… como se puede capturar del mar, en un frasco.

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2.

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Me encuentro en la sala de entrenamiento de la empresa.

Mis funciones laborales acaban de ser detenidas, y mi estado actual es en una especie de hibernación laboral con goce de sueldo.

Tras terminar mi jornada de no trabajo, tomé el mismo camino de todos los días para subirme al camión de pasajeros y posteriormente abordar el metro.

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1.

Al leer el resultado, se encontró que se mostraron solamente las distorsiones mentales del escritor y se llegó a un punto mágico y un final difuso, pero no se creó un puente entre el cielo y el infierno, por lo que el borrador fué descartado. Es aquí donde empieza la historia:

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