¿Quién soy?

Naciste hombre, de la subclase heteronormada. Provees, mas no sientes si no lo básico, menos llorar, pues los hombres no lloran.

¿Hacia dónde voy?

El rumbo no importa, sino que tengas una profesión, un hombre sin profesión no es hombre. Estudia para capitán, sé capitán. Usa ropa acorde, ponte medallas, sombrero y solapas. Navega y provee.

¿Qué haré?

“¿Qué haremos?” querrás decir, el “yo” ya no existe, solo el “nosotros”. Con la bendición de los cielos armaremos una Santa Familia, donde el burro será del último modelo y el ángel de la guarda, que con su dulce compañía y proveniente de países olvidados por la mano de Dios, mantendrá la casa limpia y las cosas en su lugar.

Encuentra un barco, zarpa, trabaja y mantiene. Ahorra, aguanta, duerme y repite.

¡¿Estresado?! ¡Eso es debilidad! Saca a pasear, cubre los gastos, sujeta el paraguas, di tu opinión mas no hagas nada, los hombres proveedores no cambian las cosas solo hacen, además eso da miedo, cambiar.

¿Qué hago ahora? El barco no navega, las velas no funcionan ¡Sopla! No puedo, me canso ¡No eres proactivo! Necesito ayuda, el barco se hunde ¡No estás proveyendo! ¡Los hombres no necesitan ayuda! No sé qué hacer ¡Fracasaste como hombre, no eres lo que esperaba! ¡Terminamos! Cambiaré ¡Eres mediocre, búscate alguien igual de mediocre que tú! ¿Qué yo? ¿Y quién soy yo?

Ocupo en este oficio, soplo, pero solo salen burbujas, achico agua, pero todo está bajo el mar, las algas me atrapan, me enredan, me ahogo intentando salvar lo que queda de este barco, de este viaje, de este traje ¡Seré funcional! Quiero respirar, quiero vivir…

¿Hola? Hola ¿Quién eres? Capitán de barco hundido… No sé ¿Te gusta serlo? No me gusta el mar ¿Eres feliz? No, ni siquiera sé nadar. Entonces haz lo que te haga feliz ¿no crees tú? No soy gente de mar, no me gusta este barco, esta ropa, estas medallas ni esta chatarrería, quiero ser feliz ¡Selo, lo mereces! Quiero reír ¡Dale, tú puedes! No ser capitán de nadie ¡Si no lo quieres, no lo seas! Quiero llorar ¡Llora, hazlo, siente! ¿Y qué hago? Es tu vida, pero sigue, yo te apoyo. ¡Es mi vida!

¡Valor! Valor para obrar, para ser una obra, para convertir mi vida en una obra: Mi obra.

¡Valor! ¡Valor y fe!

Con la madera del naufragio construyo una carreta ¡Y a las montañas parto! Montañas tan eternas como la tierra, tierra que ha visto crecer la vida alrededor, enseñando a la humanidad a ser eterna. Bosques antiguos, dorados y místicos, llenos de secretos. Flores de colores brillantes, flores etéreas, flores que son conscientes de ser flores y deciden no serlo o serlo, flores que no son flores y están bien. Todas plantas medicinales que alivian el espíritu.

Y es en este nuevo bosque que emprenderé un nuevo viaje, atendiendo la tierra, regresando a su seno hasta ser uno con ella, sin rangos ni medallas, solo yo hasta ser una flor.

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