Una oruga miraba como otros animales corrían, y volaban.
¿Por qué me tocó arrastrarme? (Se preguntaba)
Todos le decían “Fea, no vuelas, no caminas”
Una niña, un día la lanzó tan fuerte, que mientras caía la oruga pensó “Por fin, Dios se apiadó de mí, llego mi muerte” ¡Pero sobrevivió! ¿Que habré hecho, para no merecer la muerte?
De pronto Juanito la miró.
— ¿Tu eres ese ser, capaz de transformarse en mariposa?
Se sorprendió, primera vez le trataban bien.
—Te llevaré a mi casa (el niño le llevó, y le coloco frente al espejo)
Ella pensaba (Me lanzará por el excusado, o me matara de un pisotón)
Exclamó.
— ¡Oh divina muerte, por qué no te apiadas de mí!
Juanito se sobresaltó.
— ¿Tu sabes hablar?
— ¡Claro! ¿Tú, me puedes escuchar?
—Sí, por fin tengo una amiga.
Sorprendida decía “Este niño me llamó amiga”
— ¿Que significa amistad?
— ¿Cuántos amigos tienes? (preguntó Juanito)
—Ni siquiera sé que significa amistad.
—Es fácil, en la vida vamos a conocer personas, buenas y malas, las malas dejan enseñanzas, en cambio las buenas acarician nuestra alma.
Sonrió irónicamente.
—Entonces en mi vida no hay amistad.
—La vida te prepara para que cuando conozcas alguien bueno, sepas que es amistad.
— ¿Por qué me has traído a tu casa?
— ¡Quiero verte volar!
— ¡Eh nacido para arrastrarme!
— ¡Mírate al espejo, es mágico! Exclamó.
— ¿Mágico?
—Sí, un día te mostrará tu verdadero ser.
—Si es mágico, entonces miente.
— Ya verás, un día volarás.
— ¡Niño loco! Exclamó, un bicho rastrero nunca va a volar.
—Ten paciencia, el tiempo de Dios es perfecto.
— ¡Dios me ha castigado!
—Todos los días al despertar mírate al espejo, un día volarás.
— ¡Retira ese espejo!
— ¡No lo quitaré!
Pasaron los días, ella se miraba, pero nada agradable veía.
— ¿Qué es una mariposa?
— ¡Mariposa es sinónimo de paciencia! después de tanto dolor, un día abre sus alas para volar.
— ¡Estas muy loco!
—Ya verás, ¡Vas a volar! Un día llegarás a mi ventana, y sonriendo dirás, ¡Amigo aprendí a volar!
Un dolor inmenso desgarró todo su ser, algo brotó dentro de la Oruga.
— ¡Oh! ¡Qué hermosa estas!
—Estoy más fea.
—No es cierto, hoy luces bella.
Se miró al espejo.
— ¡Esa no soy yo!
—Sí, eres tú “Cuando sacamos lo mejor de nosotros, nadie nos reconoce”
Luchó para mover sus alas, se elevó al cielo, mirando a Juanito dijo.
— Hoy se lo que es un amigo “Es aquel que cree en ti, aun cuando ni tú mismo crees”
— ¡Gracias amigo! un día te enseñaré a volar.
— ¡Tu si estás loca, nosotros no volamos!
—Tú me enseñaste que nada es imposible.
Llegó su hora, la mariposa voló, no sé si un día le vuelva a ver, o si ella volverá a cumplir su promesa de enseñarme a volar, lo único que sé, es que cuando sacamos toda nuestra fuerza interior todo es posible.
“Señor Quinchi”
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