PUEDES CREER EN DIOS O EN NADA

PUEDES CREER EN DIOS O EN NADA

NORMA FLORES

27/09/2018

En buenos momentos de la vida es fácil decir: “creo en DIOS” pero no se como se sentiría el mismo corazón cuando todo parece terrible y se encuentre en medio de batallas campales, de luchas, que parecieran que son interminables.

Bueno déjenme contarles mi historia, con sabor a esperanza y fe, en algo mucho más grande de lo que puedes imaginar.

En mis días de mujer joven con hijos ya, me seguían los trastornos por causa de un pasado tortuoso, un pasado que dejó huellas tremendas en mi vida. Por las noches las opresiones de mi alma no me dejaban dormir, mi cuerpo temblaba llegue a pesar 42 kg, pero ni psicólogos, ni curanderos, ni magos pudieron sanar mi vida, de mi pasado doliente.

Las llagas de mi alma me hacían tomar pilas y pilas de remedios, pero nada aliviaba mi alma, hasta que un día menos esperado, me deje caer en brazos de un Rey.

En 1998 conocí y entendí que Dios existe y mi alma recibió salvación, acepté a Jesucristo como mi único y suficiente salvador, y todo empezó a dar un giro realmente asombroso.

No fue por medio de una estatuilla, ni por una caminata o algo así. Menos por medio de promesas de mi parte, sino un día comprendí que él me amaba, que me buscaba, que había pagado un precio muy grande por mí, que mi vida podría ser sana a su lado, y fue allí cuando todo empezó de nuevo.

Él se manifestó a mí de una forma muy especial, empecé a verlo y a escucharlo, casi palpablemente, ya que para la fe no hay impedimento para los milagros.

Él empezó a hacerme ver que él es real, tuve sueños que jamás pudieron ser humanos. Tuve el privilegio de saborear la sanidad instantáneamente, ya que mi vida fue sana en el mismo instante que él se reveló a mí.

Desde aquel día mi vida cambio un cien por ciento. Y no solo fueron milagros de sanidad, consuelo, y todo eso que te puedes imaginar, sino que me regaló este don que ves.

¿Quién podría imaginar? que una mujer sin estudios primarios, hoy podría sentarse en la silla de un escritor.

Hoy mis libros inspiran al mundo, me siento feliz con Cristo mi Señor. Él es mi todo, él es mi luz y mi salvación.

Aquel día, caminaba sin ni una moneda, la pobreza era deplorable en mi vida y ya tenía varios hijos.

Fue allí cuando una voz vino a mi corazón y me dijo: ¡clama a mí y yo te responderé!

Fue allí que le creí que Dios tenía un plan para mi vida.

Poco después descubrí este don, y hoy siento que esto es para lo que vine al mundo, pero jamás lo podría encontrar fuera de Dios.

Dios es la fuente de cada palabra que escribo, veo el mundo con sus ojos, y puedo interpretar su corazón.

Todo es cuestión de creer en Dios o en nada.

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