550 de Dulzura

550 de Dulzura

Miguel Herrera

15/11/2018

550.

Con ese número ella ya sabía su destino. Con ese número se le hundió el mundo y fue capaz de asombrarnos como siempre lo ha hecho: con su tenacidad, valor y valentía.

Ella debutó como diabética insulino-dependiente y fue ese mismo número el qué nos dio darnos cuenta cómo cambia la vida en un abrir y cerrar de ojos. Ser valiente no es sólo tener valentía al afrontar algo externo, ser valiente es luchar con una condición hasta ese momento desconocida, es cambiar las normas de toda tu rutina.

¡Qué valiente es pincharse el dedo ocho veces al día para ver si puedes o no tomarte una cerveza! ¡Qué valiente tomarse una cerveza, o un zumo!

Y para los que no tenemos diabetes, comer y beber es una cosa tan basta, tan burda, tan de todos los días.

Los que no lo padecemos somos unos cobardes al temer lo ajeno: al desamor, a los accidentes de tráfico, etc. Y luego ver que sumado a todas esas preocupaciones nuestros héroes tienen que lidiar con los disparos de glucosa; los restaurantes nos informan siempre de las tendencias como lo «bio», lo «eco» y el gluten pero sin saber de los carbohidratos que estamos por ingerir. Por lo que ellos comen a ciegas, esperando haber hecho el cálculo bien de insulina, deseando que su pancreas no se la juegue…

¡Qué duro es ser un héroe todos los días y no llevar capa sino llevar tiritas y un par de jeringas que te mantienen con vida! ¡Qué duro ver que día tras día, mes tras mes, año tras año, la condición no se evapora, no se cambia! Son héroes.

Yo hasta lloro por sacarme sangre y ellos, todos ellos se bombardean con unos pinchazos para poder cenar contigo. La vida hay que vivirla, hay que ser valientes en querer vivirla y cuando una condición así te acompaña, hazlo como lo hace mi hermana: sonríe, ama y pínchate un poco más para disfrutar de la compañía de la caña, sea en Malasaña, por Plaza del Carmen o por Chamberí.

A esos, a esos que todos los días sufren. Esos valientes son iguales que tu y que yo, pero con su mejor actitud, sin quererlo, sacan la mejor versión de ellos mismos y a tí y a mí nos queda tanto por aprender…

Ahora, tómate la cerveza del Club Fishermans, el Fish & Chips de Lamucca de Pez, la croqueta de Cabrales de La Pescadería y date cuenta de la suerte de poder hacerlo. ¡Salud!

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