Dias de invierno, caminando bajo la lluvia, sintiendo el agua caer por mi rostro; y en mi mente no había más que esas ganas de llegar a mi hogar, darme una ducha con agua caliente para luego abrigarme, instalarme al calor de la chimenea, leer un buen libro, bebiendo mi tan anhelado tazón de chocolate caliente, que con sólo sentir su aroma olvidaba por unos minutos el estrés del día.
OPINIONES Y COMENTARIOS