HOY AYER TAMBIÉN MAÑANA

El primer hervor , con el agua , sólo una sensación vacía. Sentir la cebolla , suave en el aceite , al fuego. En tanto , la salsa trepó a lo alto y se acercó a las fosas nasales. Impregnadas , no resistieron la proximidad.

Lo interesante ,  de esa percepción invitaba a imaginar los sabores como únicos. Olfato capaz de capturarlo para uno antes de diseminarse. Café intenso que , llama a un desayuno crocante. Es la torta ,con sabor a miel , en una horneada distante. O la salsa rosa , con el morrón y los pimientos. El pan o las medialunas , antes de ver el sol. El estómago primero. Sin olfato no hay gusto. Si no hay gusto no me gusta. Es la frescura de saberse convocado. Al sentido de las cosas.

Vuela  blanca esparcida entre la espuma de yodo. La corriente de aire marino con aroma a aire puro.

Orificios abiertos al desafío. Olores y sabores de la infancia. Mandarina como postre. De ese árbol Estos frutos.