Hay una receta que recorre el mundo.
Todo cocinero sabe que para lograr una buena salsa, el tomate debe estar maduro. Rojo intenso, jugoso y su olor fresco.
El tomate dice cuando está listo《él se le manifiesta a quien lo cosecha y a quien lo compra》así dice la abuela.
Desde que llegué a los brazos de mis abuelos he sido bendecida con sus conocimientos, sembrar, cosechar y cocinar el tomate ha sido parte de eso.
Son recuerdos de una vida entre aromas a frutas y verduras frescas. Olores mezclados del tomate con vegetales en las salsas de la abuela. Ella cumple rigurosamente algunos pasos para cocinar. La tradición ha seguido, pero con un poco de otras culturas italiana, árabe y española, es lo bonito de la familia.
Uno de los pasos importantes para hacer la salsa de la abuela es el bolero 《con música y amor no hay salsa que pueda quedar mal, y el bolero es ideal》 El bolero acompaña cada paso de la abuela en la cocina, el sonido de sus pies danzando al son de la melodía romántica de la canción.
Al mismo ritmo que aprendí a caminar y hablar mi cerebro fue grabando aromas de su cocina en donde empecé a dar los primeros pasos de mi vida. Allí también dejé los pechos de mi madre para degustar con total libertad desde las cucharas de madera las salsas y guisos de la abuela.
Recuerdo el fuego cocinando nuestro guiso preferido, pescado con verduras, unidos en un caldo rojo pasión —lo que hace la abuela dentro de sus ollas es puro amor—. En el menú no puede faltar el pescado son olores que como el mar los llevo grabados.
El guiso de pescado desprende un olor tan intenso que impregna toda la casa, los alrededores y nuestra ropa.
Nos llevábamos en el cuerpo los momentos de un domingo en familia.
En la mesa rectangular, el abuelo se sienta en la cabecera, con orgullo nos cuenta que el guiso se hizo con los tomates de su huerta.
Por mucho tiempo he caminado por sembradíos de esta fruta ¡sí! el tomate es una fruta, eso me lo enseñó la abuela. Viví oliendo sus plantas en el sol y en la lluvia. Construí junto a mi familia un invernadero para sembrar y cosechar tomates, nuestro sueño. Y en el jardín no faltan. Hemos sido felices entre plantas y flores de tomate.
El tomate, me hace recordar momentos felices con mi familia, y el lugar donde nací. Algunas veces las personas en el mercado me miran oliendo los tomates, es otra de las recomendaciones de la abuela 《Hija observa el tomate, si es rojo y brilla por todos lados está bueno. Después lo agarras y lo hueles, si el olor es intenso y fresco está jugoso, ese es el tomate que debes comprar 》
Si ven a una mujer oliendo tomates, puedo ser yo o alguien que tiene una abuela igual a la mía.
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