Eran las tres del medio día y todavía sin comer, necesitaba su toque personal de nuez moscada para la crema pero se había terminado…siempre le añade nuez moscada desde…en ese momento frunce el ceño e inicia un movimiento de cuello de derecha a izquierda, como queriendo limpiar mente y cuerpo de esas ideas que le envuelven como ráfagas.
Rápidamente se calza para bajar a la tienda del Sr Singh, a quien compra, desde que volvió de la India, todas las especias para cocinar, importadas de la región del Rajashtan, tierra de Reyes, con su preciosa ciudad rosa, Jaipur…de rosa tenía pintado su pequeño establecimiento,- «De rosa es el color de la hospitalidad», le explicó en su día.
Al acceder a la tienda le saluda con esa humildad que le caracteriza acompañada de esa sonrisa afable y cuidada que solo llega a las personas que saben recibir un gesto tan sencillo y comunicativo, Aurora entiende ese lenguaje y es que desde que volvió de la India le envuelve un único pensamiento el cual, de forma transversal, lo aplica a las pequeñas cosas de su día a día: Venimos a este mundo para vivir nuestra vida y aceptar la diferencia, con nuestros miedos que produce la ignorancia y éso nos hace grandes, porque nos hace crecer como personas inquietas y deseosas de saber y conocer, alimentando nuestro ser.
Y alimentándose es cómo experimentó la vivencia más extraordinaria y exquisita de su vida, aliñada con colores, olores, sabores y sensaciones que le regaló Rajashtan.
Mientras se pierde por el pasillo de las especias de la pequeña tienda, a la espera de que su amigo de la sonrisa afable le sirva su encargo, Aurora se evade, nadando entre el curry, el azafrán, la canela, la nuez moscada y el jengibre…y comienza a recordar ese manjar, aún puede paladear el juego de sabores de especias y el picante que corona la mayoría de las comidas del antiguo Rashput.
Eleva el mentón y emana una sonrisa pícara mientras abre sus fosas nasales para captar todas las olores del lugar e inconscientemente, se estremece al sentir los olores de ese momento, fue en Jaipur, en el «Peacock restaurant», al probar el «Besan gatte ki sabzi» o más conocido como» Gatta Curry»: Al entrar al lugar no esperaba esa caótica amalgama de evocaciones culinarias y sin dejar de analizar con los ojos la decoración señorial de aquel lugar, una locura sensorial la invadía por momentos, las albóndigas de harina de garbanzos cocinadas en una salsa de yogur picante y más picante,la asafétida, las semillas de comino, la pasta de cebolla, acompañada de jengibre y pasta de ajo.
Al degustarlo solo le venía un pensamiento:»Esto no es solo comida común, esto es arte».Su corazón aumentó las pulsaciones y sintió que estaba viva invadiéndole el color rojo en su mente con el chile, la cúrcuma, el cilantro en polvo y el garam masala, sobre los trozos de gatta ya cortados, una pizca de sal, chile verde troceado y hojas de fenogreco, todo a fuego lento...
-» Y aquí está tu encargo Aurora, dice el Sr Singh sonriente, vuelve pronto». -«Sin duda, responde Aurora, sin duda volveré…».
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