Aunque nos separen kilómetros, no hay día en el que no piense en cuanto lo quiero, no hay disminución alguna en todo aquello que genera en mí, esa felicidad infinita al saber que se acerca nuestro reencuentro, el momento en el que dos corazones laten a mil por segundo, o eso querido amigo pienso yo… Si el supiera todo lo que genera en mi se daría cuenta que es un hombre afortunado, ser amado con todos los sentidos de palabra no es algo que pase en la vida de cualquier persona, menos recibir amor de parte de un ser que gano batallas en silencio, que salió de su oscuridad y creo su propia luz, muchos darían su alma por estar en el lugar de él, tener todo ese poder de destruir en segundos todo ese amor. Es extraño querer tanto a alguien que olvidamos de querernos a nosotros mismos, pero más extraño es cuando esa persona te enseña amarte a ti misma, eso hizo el en mí, curar heridas que creía imposibles de sanar, darme calma en medio de una tormenta, ser mi bandera de triunfo al final del camino…
Después de todo me destruyo por completo.
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