EL SONIDO DE LAS CHINCHETAS ·
Casi todos los días mis pies me llevaban hacia el tribunal. Digo que me llevaban porque mi vista estaba siempre ocupada en leer alguna demanda civil. Aquella mañana, cuando atravesaba la plaza ajardinada que hay antes de llegar, tropecé con una rama y, después de algunos pasos vacilantes, yo, mi traje, mi...