La Ira del Huascarán

 En un pueblo llamado Yungay, subimos al mirador, encontramos a un anciano que veía todo el paisaje, él al vernos sonrió y nosotros le preguntamos como hay una iglesia  enterrada y unas palmeras de igual forma enterradas por mas de la mitad. El anciano nos dijo, -«en los años 70, era un hermoso pueblo, pero el caos llego, una mañana un circo llego al pueblo, todos los niños contentos estaban al ver esas carpas de colores, pues era  aniversario del pueblo. Todos bailaban, tomaban, cantaban. El dueño del circo brindo función gratuita a todos los niños y los padres enviaron solos a sus hijos, a pasar un momento agradable. Mientras los pobladores andaban por las calles celebrando, el nevado Huascarán, una montaña enorme cubierta por grandes capas de hielo nos observaba, al aparecer no le gusto que la gente se divierta de una manera tan desenfrenada, así que vio como las almas inocentes de los niños estaban refugiados en dicho circo, el nevado se desbordo, una gran avalancha cubrió al pueblo. Pocos  desesperados subieron en esta colina, por que aquí tenemos el cementerio,  ellos se salvaron, El circo que estaba al lado izquierdo del pueblo la avalancha no llego, solo el susto del terremoto sintieron los infantes, abrazados unos con otros llorando al sentir el feroz movimiento de la tierra; cuando salieron no había pueblo, solo nieve, pues el llanto de perderlo todo solo quedaba escuchar. -«el 31 de mayo, fallecieron mis padres y hermanos vengo a visitarlos, en este cementerio pues aun rezo por sus almas que estén en gloria con el señor-» nos dijo el anciano marchándose. Tristes al escuchar el relato del anciano sobreviviente. Las autoridades llegaron tarde,  los huérfanos fueron adoptados por familias extranjeras, y en  fechas de mayo, se reúnen a conmemorar a su pueblo Yungay.