Ferrocarriles en la Revolución Mexicana

Tenía 15 años y vivía en Lagos de Moreno, Jalisco México, cuando decidió no estudiar e ise a trabajar a su amada, la locomotora que pasaba todos los días cerca de su casa, anuncíándose siempre con ese hermoso sonido del silvato de las locomotoras de vapor. Su mamá no lo pudo convencer de seguir estudiando.

Se Inicia cuando le encargan que no faltara carbón en la caldera de su amada, la locomotora. Tenía sus manitas lastimadas de cuidar que no faltara el precioso combustible, el carbón.

Asendíó a ser ayudante de maquinista, cuidando todos los detalles para que funciora bien. Cada cuarenta kilómetros; tenía que parar para cargar agua de las tomas que se encontraban a lo largo del camino.

Se convirtió en el maquinista más joven de los Ferrocarriles Nacionales de México. Por los ferrocarriles se hacían movimientos importantes de la revolución mexicana, y los Generales empezaron a pedir que sus trenes los moviera ese maquinista tan cuidadoso y prudente.

Ascendió a jefe de maquinistas. Su trabajo era muy delicado, ya que si no se manejaba con cuidado la locomotora, podía dar fuertes golpes al tren que transportaba y el General en turno se podía enojar y matar al maquinista.

Fue nombrado jefe de las distintas zonas de ferrocarriles en el país. Ascendió a Sub-Gerente General y cuando fue Presidente de México el General Manuel Avila Camacho, lo nombró Gerente General.

Cuando un temblor destruyó la ciudad de Oaxaca y quedó aislada, se fue en avión para dirijir personalmente la ayuda y el Gobernador lo premió con la Medalla al Mérito Civil.

El periódico Excelsior lo premió con el galardón de «Hombre del Año de 1945» habiendo sido preferido al presidente de México y otros personajes. Tuvo que vender su casa para comprer otra más chica.

Su nombre: Pablo M.Hernández