– …stará con que lo entregues… tienes que dárselo en persona… sólo a él. Aunque te juren que estará seguro, no le digas a nadie que lo tienes hasta que no estés con él. ¿Entendido?
Abrió los ojos y la miró fijamente mostrando más miedo que decisión. Ella quiso creer que ese temor le mantendría alerta durante el salto.
– No tendremos otra oportunidad como ésta.
Volvió a incorporarse y cogió al pequeño de la mano. Juntos caminaron por la plataforma que llevaba al distribuidor, mezclándose entre la gente que se dirigía a la red de deslizadores.
El zumbido del altavoz los sorprendió.
– ÚLTIMO AVISO A LOS CARTUYAN DEL TRANSPORTE Z13 RETENIDO EN ANDÉN W6.
– Tenemos que darnos má…
Sintió el golpe en la base de la nuca. Se retorció de dolor y cayó de rodillas sobre la plataforma de rejilla. El pequeño se había soltado de su mano y era arrastrado por la multitud, que se abrió en corro alrededor de la mujer y los tres klovis uniformados que se abalanzaban sobre ella.
Antes de desmayarse, desde el andén, pudo ver cómo él entraba en el transporte. El deslizador Z13 desapareció tras dar el salto al hiperespacio.
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