Ya he estado en esta situación antes, diría yo, innumerables veces, pero sólo en esta he sentido el pasar de los acontecimientos de mi vida, con la fuerza necesaria para recapacitar en ellos. Estando desde esta perspectiva, dejo de pensar en mis problemas o confusiones existenciales y puedo distraerme observando a los demás. Aquellas personas que vienen y van, de quien sabe dónde y quien sabe para qué lugar. Pero me distraen, y no en un sentido desfavorable.

Desde aquí, pareciera que las cosas se pueden ver desde otra perspectiva, más amplio, más simple. Donde cada alma tiene un propósito para haber venido a este punto en primer lugar, ¿un trabajo al cual llegar? ¿Un hogar al cual volver? ¿Tal vez será una cita, un compromiso? o sólo la idea de cambiar de aire, ¿quién sabe?…

Sin duda, el venir aquí me hace sentir mejor, no precisamente porque lo sea, sino, porque desde el andén puedo volver a mi realidad con la cabeza despejada, o al menos, con un objetivo claro en mi mente. Puedo encontrar esa libertad, a veces, mermada por la sociedad. Su rutina. Y dejarme llevar como el viento que arrastran los trenes al pasar.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus