Son las 20 horas de un domingo de marzo del año 2012. Me encuentro asustada esperando el autobús que me llevará – lo se- de retorno a casa. Sin embargo, siento miedo. me encuentro como una niña asustada, la primera vez que sale de acampada con el colegio, experimentando la inevitable separación de sus padres….

Necesito coraje y aun ASÍ, sintiendo «ese miedo» que encadena mi alma, subiré al bus y me sentaré en la «poltrona» número 7…es mi destino, debo volver a casa. Quiero volver a casa. Necesito volver a casa, limpiar todo lo viejo que en ella hay, hacer algo así como exfoliar la piel, limpiando a fondo las impurezas, convirtiéndola en una piel más flexible. Necesito hacer una muda. 

Mientras tanto, tú permaneces pensativo, y desde el andén me dices que todo irá bien.

Y aunque en realidad es desde el andén el origen real de donde parto, de forma metafórica, el origen podría ser «fuera de» y el destino «dentro de «..… Desde el andén me despido. Retorno a casa.  

Loreto Vila

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