Cuando salió de casa era un niño. Como su padre se había significado políticamente, su madre decidió presentarlo como voluntario en el Cuartel de Artillería. Mientras caminaba detrás del sargento, se volvió hacia ella. Ya no pudo olvidar ese gesto. Después vinieron los horrores de la guerra.

Pasaron cinco años. Se asomó por una ventanilla del vagón y vió a su madre de negro. Atropelladamente, corrió hacia ella. La beso en la frente pero ella ya no le reconoció, la locura le había quemado el entendimiento; seguía esperando a su hijo, proyectando su mirada perdida desde el andén.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS

comments powered by Disqus